Al menos 15 personas murieron y 381 resultaron heridas tras un fuerte sismo que sacudió el sur de Ecuador y el norte de Perú. El temblor provocó alarma entre los habitantes, que rápidamente intentaron refugiarse en las calles. Muchas casas sufrieron daños parciales y completos.
El sismo se registró a las 12.12 (hora local). El epicentro se ubicó en el municipio ecuatoriano de Balao, a unos 140 kilómetros de Guayaquil, y a una profundidad de 44 kilómetros.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) tuvo una magnitud de 6,8° en la escala de Richter. El USGS advirtió de inmediato que se trataba de una situación de “alerta amarilla” con el potencial “de muertes y pérdidas económicas”.
Tras el sismo, sentido en 13 de las 24 provincias del país, se registraron tres réplicas de magnitudes 4,8°, así como 3,7° y 3,6°. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, hizo un “llamado a la calma y a informarse por canales oficiales”.
El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada de Ecuador aseguró que el temblor “no reúne las condiciones necesarias para generar un tsunami” en el Pacífico.
La mayor parte de fallecidos se registró en la provincia sureña de El Oro, fronteriza con Perú. Varias quedaron atrapadas bajo los escombros y en otros lugares, para sumar un total de por lo menos 381 heridos.
El gobierno señaló que en esa zona colapsaron casas, un muelle quedó destruido y las paredes y columnas de un edificio bancario se agrietaron. Aún no se sabe con exactitud cuántos yacen bajo los escombros.
La ciudad de Cuenca es la más afectada por los numerosos edificios desplomados, paredes agrietadas, daños en casas tradicionales y vehículos aplastados por los escombros de los derrumbes.
Autoridades locales ordenaron el cierre de tres túneles vehiculares en la ciudad y alrededores.