La primera comunicación oficial entre el presidente Alberto Fernández y su par de Estados Unidos, Joe Biden, quedó envuelta en un escándalo. Ambos mandatarios tenían pautada una comunicación de diez minutos y terminaron conversando más de media hora.
Y si bien, el tono de la charla fue “más que excelente”, según aseguraron voceros del Presidente, la posterior intervención del canciller Felipe Solá habría complicado las cosas.
Según informa el periodista Román Lejtman para Infobae, el ministro de Relaciones Exterior no estuvo presente durante la conversación entre ambos mandatarios porque pensó que Fernández estaría en Olivos cuando en realidad estaba en Casa Rosada.
Sin embargo, al salir de Balcarce 50, Solá brindó un reportaje a los medios y aseguró que la conversación se basó en “dos o tres cosas muy importantes para el país”.
“Una es el visto bueno, la ayuda, la buena fe, la buena voluntad, del director de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional. Porque actualmente no estamos teniendo mucha suerte en este sentido con el director que deberá cambiar, que tendrá que cambiar después del 20 de enero”, comenzó el canciller ante los periodistas Diego Iglesias y Gisela Busaniche.
Además, consideró que “el gobierno que se va no está teniendo las mejores actitudes, en ese sentido, en el Fondo. Y el presidente Biden le dijo que él iba tratar de liberar, saldar, esa es la palabra que usó, los problemas financieros de América Latina.”
Ahora bien, según Lejtman, Alberto Fernández hizo referencia al FMI, pero nunca mencionó al representante de Estados Unidos en el board del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando dialogó con Biden.
Las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores sobre la supuesta exigencia por parte de Alberto Fernández de desplazar del director de los Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, Mark Rosen, llegaron a Estados Unidos y causaron un cruce diplomático.
Al enterarse de de la noticia, Rosen se comunicó con Sergio Chodos, director del Cono Sur ante el Fondo Monetario Internacional para plantear su protesta formal.
Como consecuencia, Chodos logró que el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, se comunicara con la agencia internacional e hiciera una desmentida de las declaraciones de Solá a la prensa.
Además, y gracias al apoyo de Martín Guzmán acordaron un almuerzo para conversar sobre las negociaciones con el FMI cuando la pandemia lo permita.