Tras la decisión de no reforzar la custodia del presidente Alberto Fernández, sino ajustar los protocolos de seguridad, el Gobierno reconoce que aumentó la preocupación frente a las amenazas de muerte que “antes se dejaban pasar”, dado que quedó demostrado con el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner que “pueden pasar a la acción”.
“Había amenazas que antes se dejaban pasar para que no digan que exageramos, pero vimos que pueden pasar a la acción”, confiaron a NA fuentes con acceso directo al despacho presidencial.
En ese marco, puntualizaron que con el intento de asesinato de la exmandataria volvieron a pasar cosas que “no sucedían desde el retorno a la democracia” en 1983 y reconocieron la existencia de “un clima enrarecido” luego del atentado contra la titular del Senado el pasado 1 de septiembre.
Los informantes admitieron que desde el Ejecutivo nacional comenzaron a observar con mayor atención las amenazas que se puedan realizar vía redes sociales o llamados telefónicos, ya que el clima de violencia política parece haber desembarcado en la sociedad argentina. “Era imposible de imaginar lo que pasó con la vicepresidenta, incluso para Cristina. Esas cosas no pasaban en la Argentina”, argumentaron.
En cuanto al grupo que pertenece el atacante de la ex presidenta, Fernando Sabag Montiel, opinaron que “se trata de jóvenes que están fuera del sistema, que son utilizados por sectores de la ultraderecha golpista“.
Respecto de la posibilidad de alcanzar un acuerdo con los principales dirigentes de Juntos por el Cambio para “bajar el grado de violencia y odio” que hay en la sociedad, dijeron no creer posible “el diálogo con personajes de la oposición que demostraron que no están dispuestos a dialogar”.
Por último, consideraron prácticamente descartada la posibilidad de que se pueda llevar adelante el pago de un bono para los sectores más vulnerables de la sociedad, dado que “no hay plata para financiarlo”.