El presidente de YPF, Pablo González, negó hoy que se haya definido un aumento de precios de combustibles para diciembre próximo, y destacó el crecimiento de la producción y la inversión por parte de la petrolera estatal.
“No va a haber aumento de combustible. No hay nada definido y nadie dijo que habrá suba el próximo mes”, indicó González esta mañana en diálogo con radio AM750, en relación a versiones periodísticas de posibles incrementos.
Ver: A comienzos de diciembre aumentarán nuevamente los combustibles
En ese sentido, González explicó que el rumor de la suba en el surtidor se funda en el incremento previsto del Impuesto de Combustible Líquidos (ICL) que en mayo último fue postergado hasta el 1 de diciembre de este año, y que podría tener una nueva prórroga, según indicó.
“No va a haber un aumento de los combustibles a fin de mes”
#Ahora • El presidente de YPF, Pablo González, con @cyngarciaradio
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Por otro lado, González negó que haya existido un “congelamiento” de precios en las naftas, y sostuvo que a principios de este año la empresa explicó “cuál iba a ser el plan de inversión y cómo iban a ser los aumentos”.
Además, analizó que “el problema que está existiendo” es “la presión del mercado en relación al precio del commodity internacional (actualmente a más de US$ 80) que provoca que muchas productoras quieran exportar”, debido a que “en el mercado interno se está comprando y vendiendo a US$ 60”.
Por otro lado, destacó los resultados positivos de ganancias y producción de YPF, pues la empresa registró en el tercer trimestre del año una ganancia neta de $ 23.000 millones, con un crecimiento de la producción de hidrocarburos de 17% respecto del último trimestre de 2020.
“Hace mucho que YPF no tenía un resultado positivo de ganancias así, además de aumentar la producción de petróleo y gas; y de haber podido reducir la deuda que tenía en US$ 650 millones ubicándola a niveles del año 2015”, afirmó
El directivo contrastó los resultados actuales con los del periodo de 2016 a 2019, donde “la producción cayó entre un 8 y un 10%, se aumentó la deuda y las reservas cayeron”, como “consecuencia de no tener una visión estratégica en el mediano y largo plazo”, consideró.
Para González, se trató de “una política energética que eligió priorizar la importación con menos planes de inversión”.