Según plublica El Cronista, el Estado podría ahorrarse hasta un 70% del valor invertido en las más de 90 millones de dosis adquiridas hasta el momento para hacerle frente al Plan de Vacunación, que demandó unos 1000 millones de dólares, tomando en cuenta el valor de cada dosis y el gasto de logística.
Yener una vacuna de producción nacional puede significar un ahorro de 2 dólares, sólo en la logística, lo que se entiende sumado a otras ventajas significaría un ahorro que podría superar yn 79% de los que hoy se paga por cada dosis. Significarìa un gran ahorro en moneda extranjera y a esto se le sumaría la posibilidad de exportar el producto lo que generaría ingreso de dólares.
“Estamos trabajando en un seguimiento interministerial por instrucción del presidente para avanzar lo más rápidamente en la disponibilidad de una vacuna argentina contra la COVID-19 para así poder dar respuesta a las estrategias de refuerzo y además tener una herramienta que amplíe este desafío a todas las vacunas, tratamientos e innovaciones tecnológicas. En este sentido, se trata ubicar al Estado en un rol presente y rector”, aseguró la Ministra de Salud Carla Vizzotti, la semana pasada.
A través de la Mesa Interministerial para la Investigación, Desarrollo y Producción de Vacunas, Tratamientos, Diagnóstico y Otras Tecnologías Sanitarias –integrada por las carteras de Salud, de Desarrollo Productivo y de Ciencia, Tecnología e Innovación- el gobierno trabaja para establecer el marco estratégico para la construcción de la política nacional para la investigación, desarrollo y producción de nuevas tecnologías para el diagnóstico, tratamiento y control del SARS-COV-2, así como de otras tecnologías sanitarias, con la finalidad de optimizar los recursos y fortalecer la articulación de los ministerios con competencia en la materia.
Hace unos días, sus integrantes estuvieron interiorizándose de los avances de la vacuna de producción nacional. “ARVAC-Cecilia Grierson”
La vacuna “ARVAC-Cecilia Grierson” que está desarrollando la UNSAM con participación del CONICET y el Laboratorio Cassará se encuentra en el paso del laboratorio a la industria en un trabajo de codesarrollo con la empresa. El conjunto de capacidades científicas de la UNSAM-CONICET y las del laboratorio privado logró producir la vacuna con buenas prácticas de manufactura, la cual en las pruebas preclínicas en el laboratorio mostró ser eficaz frente al virus y ahora se están terminando los ensayos toxicológicos.
Estos ensayos se hacen en el Centro de Medicina Comparada (CMC) de la Universidad del Litoral (UNL). Una vez concluidos, se enviarán a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) los protocolos del ensayo de Fase 1 para su validación. Tras ser aprobados, se iniciará la Fase 1 durante el mes de enero de 2022. Las fases clínicas tienen tres etapas: en la primera, se evalúa la seguridad de la vacuna en un grupo reducido de personas; en las fases 2 y 3 se escala a grupos más numerosos de voluntarios.
La vacuna “ARVAC-Cecilia Grierson” está pensada como una vacuna de refuerzo para personas que hayan recibido el esquema completo de otras vacunas y cuya respuesta inmune empieza a bajar luego de un período superior a seis meses y también como vacuna de primovacunación.
La fórmula se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en la vacuna de la Hepatitis B o el VPH. Algunas de sus ventajas son mayor estabilidad, evitar sistemas de conservación que depende de ultrafreezers, fácil distribución en territorio nacional, y eficaz frente a nuevas variantes de COVID-19.
Este es el desarrollo que más avanzado se encuentra en la actualidad y se espera que a principios de 2023 comience su producción.
Fuente/ El Cronista- Ministerio de Salud de la Nación