El tema no es nuevo y lamentablemente ya nada sorprende. Un nuevo e indignante caso de discriminación en un boliche de Mendoza vuelve a dar que hablar.
En este caso, la persona afectada es una joven llamada Karen Ortiz Orellano, una joven de 25 años que solo quería ir a bailar “con mi mejor amiga”.
El último domingo, cerca de la 1:30, la joven asistió al reconocido boliche Cariló, ubicado sobre calle Rioja, a metros de Lavalle, en Ciudad.
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“Llegué cerca de la 1:00, no me dio el tiempo para llegar antes”, contó la joven en exclusiva a News Online.
Junto a su “mejor amiga”, Karen ocupó un lugar en la fila.
Luego de algunos minutos, la joven fue hasta la entrada a consultar por la lista free y una empleada de seguridad “nos dijo que no podíamos pasar, que nos estábamos colando”.
Esto fue desmentido rotundamente por Ortiz Orellano. “Solo me acerque a preguntarle si íbamos a poder entrar por lista”, contó.
A medida que el relato avanzaba, dio a conocer otra situación que le llamó la atención. La persona que pedía y controlaba los documentos, era una integrante de la Policía de Mendoza. “Por lo general a eso lo hace el personal del boliche”, señaló Karen, que aclaró que es la primera vez que iba a ese local bailable.
Luego de algunos minutos, y en “momentos en que nos estábamos acercando a la entrada”, la amiga de Ortiz
Orellano entro “y a mi no me reciben el DNI. Al rato me lo reciben como si fuese una basura, lo ven así nomás y la de la entrada me dice ‘hacete para un costado’”.
Sorprendida por esta situación, recordó haberse acercado a esta mujer de seguridad. “Le pregunté si había algún problema con el documento”. Sin embargo, no tuvo respuestas.
Acto seguido, “sale mi amiga y se queda conmigo”, mientras al lugar ingresaban “chicas embarazadas y con ropa deportiva, algo que a nosotros nos llamó la atención”.
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Lejos de irse, Karen volvió a preguntar que era lo que ocurría. “La mujer policía me dijo que ‘la casa se reserva el derecho de admisión. En un rato sale el dueño y el decide quien entra y quien no’”.
Y continuó: “Me quedé un ratito ahí a ver si me dejaban ingresar, pero no. Vi que a muchas chicas les pasaba lo mismo. Inclusive, una de ellas le preguntó porque la habían dejado afuera, y le dicen ‘me parece que ya somos grande como para explicar las cosas’”.
La joven, todavía indignada por la lamentable situación, añadió que en un primer momento le dijeron que “iba a salir el dueño”. Esto no terminó ocurriendo y recordó que después la agente policial “cambió de versión” y dijo que iba a ser el encargado el que tenga la última palabra.
“Me acerqué a preguntar si la elección era aleatoria pero la mujer policía me dijo que ella elegía, que era lo que ella decía y punto”, expresó.
Sin embargo, recordó que poco después vio junto a su amiga como “solo entraban chicas flaquitas por la fila de los varones”.
Este tema, que insistimos no es nuevo, seguramente seguirá dejando tela para cortar. “Voy a Iniciar una denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y si se puede en la fiscalía también”, completó la mujer.