El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha vuelto a encender las alarmas sobre la situación económica de Argentina, anticipando un panorama complejo para los próximos años.
En su más reciente actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), el organismo proyecta un futuro incierto para el país, marcado por una contracción económica en 2024 y un elevado nivel de inflación que se mantendría como uno de los principales desafíos para la administración del presidente Javier Milei.
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El FMI prevé que la actividad económica argentina se contraerá un 3,5% en 2024, resultado de múltiples factores que incluyen la alta inflación, la falta de acceso a financiamiento internacional y las tensiones internas. Sin embargo, el organismo proyecta que para 2025 la economía logrará una recuperación del 5%, impulsada principalmente por mejoras en el frente externo y una reactivación del consumo interno.
Inflación elevada: el gran desafío
Uno de los aspectos más preocupantes del informe del FMI es la inflación, que sigue fuera de control. Para 2024, el organismo anticipa que el país cerrará con una inflación de 139,7%, una cifra impactante que refleja los severos desequilibrios macroeconómicos y la depreciación sostenida del peso argentino. Sin embargo, el FMI proyecta una significativa reducción para 2025, con una tasa del 45%.
Aunque esta estimación refleja una moderación considerable respecto al año previo, todavía se encuentra muy por encima de las previsiones del gobierno de Milei, que en su proyecto de Presupuesto 2025 estima una inflación del 38,4%. Esta divergencia entre las cifras del FMI y el gobierno deja entrever las dificultades que enfrenta la actual gestión para controlar la espiral inflacionaria, un tema central en las reformas económicas propuestas por el presidente