Los adelantos tecnológicos, los nuevos formatos, plataformas y medios de comunicación atravesados por la era digital, al igual que sucedió con la aparición de la televisión, hicieron suponer que la radio podría alcanzar su ocaso. Pero una vez más “la viejita” sigue resistiendo a base de su esencia que despierta y precisa de, quizás, el sentido más relegado de los últimos tiempos: el auditivo y su acción, que va mucho más allá de la mera escucha.
Es cierto, su función pudo ir cambiando de acuerdo a la época o al lugar geográfico. También su forma se fue readaptando. Del ejercicio de la precisión milimétrica para sintonizar el dial justo a través de una perilla a dar un click en el play en una página web. De imaginar los rostros de esas voces que acompañaban el minuto a minuto de la rutina a poder ver a través de una cámara eso que ocurre en un estudio de radio. Quizás una de las adaptaciones más criticadas por privar al oyente de ese ejercicio de escaparse de la imagen y darle curso a la imaginación. Por privar a locutores, conductores y operadores de poder conservar impoluta esas sensaciones que nacen al frente de un micrófono, de una consola, en el resguardo de los estudios.
La radio lleva más de un siglo, más precisamente 101 años, acompañando, relatando y musicalizando la historia.
“Los locos de la azotea”, los responsables de la hazaña
El 27 de agosto de cada año se celebra el Día de la Radio en la Argentina, en conmemoración de la histórica noche en la que Enrique Susini y compañía lograron emitir una transmisión superior a la de los radioaficionados de entonces. Hoy se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de la radio, aquel episodio que marcó un antes y un después en al historia de los medios de comunicación y que tuvo incidencia mundial.
Es cierto que hacia fines del siglo XIX se registró la existencia de las ondas de radio y de los usos y posibilidades que permitían. Sin embargo, la noche del 27 de agosto de 1920 cambiaría la historia para siempre y el motivo se debe a que en ese momento la radio nació como medio de comunicación a gran escala.
Los “locos de la azotea” eran cuatro jóvenes, cuyas vidas estaban dedicadas a la medicina, que compartían una pasión paralela: eran radioaficionados.
Antes de lograr la primera transmisión radial a gran escala, ya eran conocidos como “los locos de la azotea”, apodo que se ganaron por su afición a pasar tiempo en las terrazas de Buenos Aires realizando experimentos y buscando el mejor lugar para instalar una antena que permitiese llegar a miles e incluso millones de personas.
Ellos fueron Enrique Telémaco Susini, de 25 años; César Guerrico, de 22; Luis Romero Carranza, de la misma edad; y Miguel Mujica, de 18. Cada uno de estos nombres quedaría grabado para siempre en la historia de la radiofonía mundial y algunos también por otros méritos, como es el caso de Susini, quien supo convertirse en un renombrado director de cine.
Cuál fue la primera transmisión radial
El lugar elegido para el estreno de la radio como medio masivo de comunicación fue el Teatro Coliseo de Buenos Aires y se transmitió una ópera dirigida por Felix von Weingarten.
Éstas fueron las palabras con las que Susini hizo la presentación: “Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal”.
Se estima que esta primera emisión radial fue oída por unos 50 oyentes. A la noche siguiente, se volvió a transmitir la misma ópera y se sumó Aída e Iris.
Con el correr de los años llegarían las primeras transmisiones deportivas, en especial de boxeo y luego de fútbol, e irían apareciendo los formatos de programa que se harían tan famosos, desde los musicales, hasta los de humor, noticias y otros tantos.
*con información de diario La Nación