Es ineludible la catástrofe que ha generado el coronavirus en todo el mundo, con millones de muertos y aún más contagiados, en todos los países debieron tomarse medidas destinadas a combatir la sorpresiva pandemia que por fines del 2019 causaba los primeros estragos en China.
En países tales como Australia o Nueva Zelanda impusieron cuarentena obligatoria para turistas. Por su parte, quienes viajen a Inglaterra desde algún país que este incluido en una lista roja, deberán permanecer aislados 10 días en un hotel costeado por el viajero.
En Escocia fueron más allá e impusieron la obligatoriedad de aislarse en un hotel a cualquier viajero, sin importar de qué nacionalidad provenga.
El Gobierno inglés dispuso que mientras dura la cuarentena, los viajeros deberán pagar varios test y quienes mientan sobre su historial de viaje podrán enfrentar una pena que va hasta los 10 años de prisión.
Otros países tales como España, Francia, Alemania e Italia cobran una multa que va desde los 100 a los 4 mil euros para aquellos que no cumplan con el aislamiento pudiéndose aplicar la pena de tres meses a un año de prisión. En Croacia la multa es de mil euros y en Polonia de 1200.
En India los castigos son físicos y quien no cumpla el confinamiento es golpeado por la Policía e incluso se lo obliga a hacer flexiones de brazos en medio de la calle. Por otro lado, la policía de Nepal utiliza unos ganchos gigantes para atrapar a los “desobedientes” sin necesidad de acercarse.
En Rusia se castiga con hasta 5 años de cárcel a quienes no cumplan con las restricciones y las fuerzas de seguridad pueden acudir a un domicilio en cualquier momento para corroborar que la persona confinada cumple con la medida. Además se implementó la utilización de cámaras con reconocimiento facial.
El incumplimiento de las medidas en Hungría se pena con hasta 8 años de cárcel y la difusión de Fake News relacionadas a la pandemia pueden ser penadas con hasta 5 años tras las rejas.
En Turkmenistán, cualquier medio que brinde una información sin autorización expresa del Gobierno de Gurbanguly Berdimuhamedow, será penado con 5 años de cárcel. Incluso la Policía está obligada a detener a cualquier civil que esté hablando del tema.
En Indonesia se ha dispuesto la utilización de lugares tildados de “terroríficos” para que los desobedientes pasen unos días y de hecho, en Sukoharjo, un pueblo ubicado en la isla de Java, hay quienes se disfrazan de fantasmas del espíritu “Pocong” para asustar a quienes incumplen las medidas.
En China se puede pasar hasta 10 años en cárcel por poner en riesgo a la población o incluso puede aplicarse la pena capital. En el grande asiático existen 21 penas para distintos delitos que puedan cometerse relacionados al coronavirus.
En filipinas, el presidente Rodrigo Duterte aseguró que “a cambio de causar problemas, te enviaré a la tumba. Mis órdenes son para la policía y el ejército: si hay problemas o surge una situación en que la gente pelea por el COVID-19 y sus vidas están en peligro, disparen a matar”.
En Estados Unidos las penas por el incumplimiento de las medidas sanitarias dependen estrictamente de cada Estado. Por ejemplo, en california, quienes desobedezcan, serán multados con mil dólares o condenados a 6 meses de prisión.
En la ciudad de Panamá, a quienes se los encuentre en la calle incumpliendo el aislamiento se les dará una escoba y deberán desfilar hasta un parque donde realizarán la limpieza.
En Uruguay se reformó el Código Penal para que quienes incumplan las medidas puedan pasar de 3 meses a 2 años en prisión. “El que mediante violación de disposiciones sanitarias pusiere en peligro efectivo la salud humana o animal, será castigado con tres a veinticuatro meses de prisión”, dice el nuevo texto.
La oposición uruguaya no acompañó la modificación “al delito de violación de las disposiciones sanitarias ya que consideramos que para hacer esa modificación, se debe, desde el Estado, tratar las situaciones de vulnerabilidad social”, argumentaron poniendo el foco en aquellas personas que deben realizar trabajos informales para sobrevivir.
Lo propio sucede en Venezuela ya que el presidente Nicolás Maduro ha impuesto el confinamiento total. “El confinamiento en condiciones de insatisfacción de necesidades básicas es inviable. La gente en Venezuela no necesita salir solo para comprar alimentos, sino también para buscar agua o leña, porque los servicios no funcionan. Y vemos diariamente que a quienes han agarrado en la calle, les han aplicado castigos físicos bajo una pedagogía propia de los cuarteles”, aseguran desde la oposición y desde organismos de derechos humanos.
En Argentina se puede decir que se tiene la pena de prisión más larga en cuanto al incumplimiento de las normas, ya que el artículo 205 del Código Penal que hace referencia a la propagación de “una enfermedad peligrosa y contagiosa”, prevé hasta 15 años de cárcel.
Según el analista Internacional Diego Cafú, cada país tiene una situación diferente derivada de la “tecnología, medios de comunicación, pobreza, desempleo, violencia física, militarización de la vida cotidiana, diferencias intrínsecas en el manejo de la pandemia, religión y cultura, entre otros”.
Aunque plantea que “lo único certero que ha trasvasado cada rincón de nuestro planeta durante toda la pandemia de COVID-19, es la famosa frase del General: ‘El hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor’”.
El Presidente envía un proyecto al Congreso para buscar respaldo a las restricciones