Los cientos de miles de habitantes de una pequeña ciudad de China quedaron confinados desde hoy por el hallazgo de un caso de coronavirus, con Beijing aferrado tenazmente a su estrategia de cero tolerancia a los contagios.
China es la única de las grandes economías del mundo, y uno de los pocos países, que reacciona con confinamientos, pruebas masivas y restricción de movimiento ante la aparición de casos, pese a la fatiga de la población y a los costos para la economía.
Las autoridades de varias regiones han impuesto diferentes restricciones en su intento por sofocar los nuevos brotes de la variante Ómicron del virus, que es muy contagiosa.
Después de detectar una sola infección, la ciudad de Wugang, que es un importante punto de producción siderúrgica ubicado en la provincia de Henan, anunció anoche que implementará tres días de “control reforzado”, según un comunicado de las autoridades.
Según la directiva las 320.000 personas que viven en la ciudad tienen prohibido salir de sus casas hasta el mediodía del jueves, pero las autoridades aseguraron que se encargarán de brindarles suministros básicos.
Los residentes no pueden usar sus coches y para poder viajar bajo condiciones de cumplir “un circuito cerrado” deben pedir un permiso, dijo el comunicado del Gobierno municipal, informó la agencia de noticias AFP.
En esta ciudad tiene su sede una las grandes fábricas de acero chinas, Wuyang Iron & Steel Co., que exporta a Estados Unidos, Japón y otras grandes economías occidentales, informó la agencia de noticias Bloomberg.
El país registró hoy 347 nuevos casos de coronavirus, más del 80% de los cuales son asintomáticos, según la Comisión Nacional de Salud china.
Los persistentes brotes y las estrictas respuestas de las autoridades han reducido cualquier expectativa de que China cambie la draconiana estrategia que mantiene y que este año implico el confinamiento de decenas de millones de personas en sus casas.