Códigos QR colocados en lápidas son la muestra fiel de la versatilidad de esa tecnología. Para desprevenidos, se trata de aquel gráfico bidimensional con forma cuadrada que encontramos en las facturas electrónicas, en algunos documentos de identidad o en las paradas de colectivo más modernas. Ahora, también en las tumbas.
¿Para qué sirve el QR? En esos y otros casos, permite que luego del escaneo con la cámara de un dispositivo compatible (la mayoría de los smartphones lo son) se acceda en forma directa a un enlace. A veces conduce simplemente a un sitio web con información, en ocasiones a una descarga, etcétera.
La propuesta puede verse en el cementerio Woodland, en Des Moines, la ciudad más extensa del Estado de Iowa, en Estados Unidos. Allí, docenas de tumbas históricas tienen un código QR que conduce a videos breves que muestran la historia de algunos de los primeros residentes de aquella urbe en el centro del mapa estadounidense.