Es una versión que circula con cada vez más fuerza en el círculo rojo y que fue contada este martes por Marcelo Bonelli: Alberto Fernández y Cristina Kirchner habrían protagonizado una feroz pelea en la previa de la designación de Martín Soria al frente del Ministerio de Justicia de la Nación.
Es que si bien no es la primera vez que el Presidente y la Vicepresidenta expresan sus diferencias, las fuentes consultadas aseguran que esta vez el conflicto escaló a niveles de tensión nunca antes visto entre ambos dirigentes.
El encontronazo, siempre según Bonelli, habría tenido lugar en la Quinta de Olivos. Allí Alberto Fernández recibió a Cristina Kirchner para dialogar sobre la actualidad del Gobierno y tocar una decisión sensible: la designación del reemplazante de Marcela Losardo en la cartera de Justicia, un puesto en el que la Vicepresidenta colocó toda su atención desde hace tiempo.
Durante la cena, Cristina Kirchner habría comenzado a cuestionar con fuerza el rumbo del Gobierno y apuntó directamente a Fernández por la tardanza en la designación del nuevo ministro de Justicia. Fue allí cuando el Presidente redobló la apuesta y habría dejado una frase inquietante: “Si no estás contenta, me voy”.
La respuesta no tardó en llegar y Cristina Kirchner redobló la apuesta: “De acá no se va nadie”. La reconstrucción de este diálogo se basa en altas fuentes del círculo rojo.
En la Casa Rosada y en el Instituto Patria, el búnker político de la Vicepresidenta, desmienten la información y aseguran que solo más que ellos saben verdaderamente qué paso durante esa reunión. Aseguran que se trata de solo un rumor sin fundamentos. Pero esta versión crece entre las mujeres y hombres del poder. Dicen que la pelea fue un verdadero escándalo y que el nivel de tensión alcanzó su pico máximo.
La pelea entre ambos ocurrió por un puesto clave para Cristina Kirchner: la silla del ministro de Justicia. Es que desde allí, la Vicepresidenta pretende que se dé curso a una serie de acciones para morigerar su complejo frente judicial y alivianar su situación procesal. El elegido fue Martín Soria, un hombre cercano a la titular de la Cámara Alta que comparte su discurso contra Comodoro Py, la Corte Suprema y el funcionamiento de la Justicia.
“Lo primero que voy a hacer como ministro es pedir una audiencia oficial con la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Hay que buscar el diálogo”, fue una de las primeras frases de Soria tras la designación. El rionegrino también habló de terminar con el lawfare en la Argentina y criticó al Procurador interino Eduardo Casal, al que acusó de estar atado a una silla.
“Obviamente que una de las aspiraciones es terminar con el lawfare, con las operaciones judiciales. Lo dijo Alberto Fernández el primer día que asumió, nunca más una justicia que persiga según los vientos políticos de turno”, aseguró en diálogo con Radio 10.
Soria también se mostró muy crítico de la Corte Suprema de Justicia de la Nación al asegurar que es una cuestión “que le preocupa” y dijo que el máximo tribunal “fue complaciente cuando algunos camaristas tiraron por la ventana lo que uno aprende en las universidades de Derecho” en referencia a los casos de Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, dos magistrados a los que el Gobierno intentó remover de sus cargos en la Cámara Federal.