Sin lugar a dudas, el futuro de Juntos por el Cambio (JxC) está en las manos de la denominada Liga de Gobernadores electos.
Estos últimos, que miran con cierta desconfianza al zigzagueante Javier Milei, todavía están en dudas sobre si apoyarán o frenarán las medidas que impulse el “León”.
La Liga de Gobernadores, por estas horas, pone sus fuerzas en intentar armar bloques que les respondan en el Congreso. Claro que no será fácil, ya que hay sectores radicales de Evolución que buscan despegarse del PRO y de La Libertad Avanza, y empezar a darle forma a un nuevo espacio opositor.
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Mañana, en el Club Alemán de Equitación en Palermo, los mandatarios electos intentarán negociar con los legisladores aliados a ese espacio, con el objetivo de lograr la tan ansiada unidad y tener una moneda de cambio para negociar la aprobación o el rechazo de proyectos impulsados por el referente de La Libertad Avanza.
Parte de JxC sabe que el nuevo gobierno precisará de ellos para sacar leyes, como por ejemplo privatizar YPF. De hecho, en el último comunicado que hicieron trascender tras el conclave en la Casa de Mendoza señalaron: “Los bloques legislativos de Juntos por el Cambio serán determinantes en la próxima gestión nacional. Los gobernadores estamos convencidos de la necesidad de trabajar en conjunto con los representantes de nuestras fuerzas en el Congreso de la Nación en una estrategia política común. Nuestra decisión es la de contribuir con la gobernabilidad de la Argentina, pero también sabemos que parte de nuestro rol es controlar la gestión del futuro gobierno”.
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En este reacomodamiento de piezas, Alfredo Cornejo, gobernador electo de Mendoza, se ubica como el dirigente radical que actuaría de nexo entre los mandatarios y el gobierno de Milei. Junto a Gustavo Valdés intentará disputarle el poder a la cúpula nacional de la UCR a Gerardo Morales y Martín Lousteau, con quienes tienen notorias diferencias por la estrategia electoral adoptada a lo largo de este año.
El 15 de diciembre próximo, la UCR definirá al próximo presidente del Comité Nacional, y si bien muchos creían que Martín Lousteau no tendría demasiados inconvenientes para transformarse en el sucesor de Gerardo Morales, hay otros correligionarios que empiezan a pensar en la lucha que deberán dar en el Congreso, terreno en el que Cornejo y Valdés intentarán hacer pie para arrebatarles el liderazgo.
Por otra parte, dirigentes como Lousteau y Yacobitti entienden que la UCR debe fortalecerse y tomar distancia del PRO, ya que consideran que estos últimos son parte del gobierno de Milei. Es más, entienden que no deberían participar de un posible interbloque de Juntos por el Cambio.
Para tomar las riendas del bloque de la UCR suenan los nombres de Rodrigo de Loredo y Facundo Manes, aliados a Morales y Lousteau. Claro, pero en Evolución saben que si se quedan con ese puesto deberán resignar la presidencia del Comité, donde Valdés es un hombre fuerte. En el Senado, el cornejismo ya avisó que buscará ubicar ahí al actual gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, aunque también sonó el nombre del chaqueño Víctor Zimmermann.
La derrota sufrida por Juntos por el Cambio a nivel nacional, hizo que la UCR perdiera varias bancas en el Senado, y ahora los nombres para liderar ese bloque son pocos. Para quedarse con ese lugar, Lousteau sabe que deberá resignar otros puestos, aunque en Evolución saben que es díficil. En los últimos días tiraron el nombre de Maxiliamo Abad, el único radical que ganó una banca para la UCR bonaerense.
Y si bien todavía no está claro el asunto, el dirigente es cercano al mendocino Ernesto Sanz, y supo generar un lazo con Cornejo que podría derivar en una especie de alianza entre la provincia de Buenos Aires y Mendoza.