El Gobierno nacional cayó derrotado en 15 provincias y perdió el quórum propio en la Cámara de Senadores, luego de haber tropezado en seis de los ochos distritos que ponían en juego sus bancas.
Ante el duro traspié, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner se mostraron de maneras muy distintas. El Presidente llamó a la oposición para diagramar un pacto institucional, mientras que CFK no se mostró en público, ni cerca del jefe de Estado.
Buenos Aires fue conquistada por Juntos por el Cambio (JxC), que se quedó con el triunfo en siete de las ocho secciones provinciales. El Frente de Todos triunfó en la tercera sección electoral y acortó distancias en la primera sección electoral.
La estrategia de Axel Kicillof, La Cámpora y Máximo Kirchner sirvió de poco, y Santilli derrotó a Tolosa Paz, y ya prepara su estrategia para cumplir su vocación de poder. El diputado electo con pasado peronista busca competir mano a mano con el gobernador bonaerense, que todavía sueña con lograr la reelección como mandatario provincial.
Además de la derrota de Tolosa Paz ante Santilli, se sumó la derrota en Chubut, Corrientes, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y la Pampa, provincias que puso en disputa sus bancas al Senado, y que estaban en manos del Frente de Todos. Solamente en Tucumán y Catamarca, el oficialismo mantuvo intacta su representación en la Cámara Alta.
Los números son contundentes: el bloque de senadores peronistas pasará de 41 a 35 representantes, un golpe político que explicó la ausencia de la vicepresidenta al momento de asumir la derrota electoral.
Con estos números, el oficialismo no tendrá mayoría propia y se verá obligado a negociar con los partidos provinciales de Río Negro o Neuquén, si no llega a un acuerdo institucional con Juntos por el Cambio.
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