El 10 de noviembre del año 2001, cuatro años después de jugar su último partido como profesional en la Bombonera, Diego Armando Maradona volvió a ponerse la 10 en la cancha de Boca y en su partido de despedida. El “10” juntó a un grupo de estrellas para el deleite de los 60.000 espectadores que colmaron el estadio.
“La pelota no se mancha” fue la frase que un emocionado Diego inmortalizó ese día frente al micrófono, con los brazos cruzados sobre el pecho, en un discurso en el que agradeció a la multitud por el amor inmenso que le demostró durante años.
“El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. De eso que no le quepa la menor duda a nadie. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.
Fue la culminación de un espectáculo en el que Maradona reunió a un equipo de estrellas que, con la dirección técnica del “Coco” Basile, enfrentó a una selección argentina conducida por Marcelo Bielsa.
De un lado jugaron junto a Maradona el “Mono” Burgos, Roberto Ayala, Juan Pablo Sorin, Walter Samuel, Pablo Aimar, Matías Almeyda, Javier Zenetti, Juan Sebastián Veron, “Killy” Gonzalez y Claudio López. Participaron también Cavallero, Castromán, Pochettino, Placente, Husaín, Cruz y Berizzo.
Para el “Resto del Mundo” jugaron Iván Córdoba, Ciro Ferrara, el “Patrón” Bermúdez, Gamarra, Solano, Román Riquelme, Enzo Francescoli, René Higuita, Lothar Matthaeus, el “Pibe” Valderrama, Davor Suker, Hristo Stoichkov, Álvaro Recoba y Eric Cantona.
El resultado final fue 6 a 3 en favor de la albiceleste, con dos goles de Diego. Además, estuvo presente el “acérrimo rival” de toda la vida de Diego al lado del campo de juego, Pelé, que disfrutó del show.