Duro comunicado de comerciantes e industriales de Mendoza, desesperados por la inflación

La UCIM habla de “frenar la inflación” como “una necesidad urgente”.

En las últimas horas, la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) emitió un comunicado titulado “Frenar la inflación: una necesidad urgente”.

Allí se contextualiza: “La pandemia trajo la cuarentena y el cierre de muchísimas actividades durante 2020. Todo eso, tuvo como resultado que la endeble economía argentina cayera aún más, a límites muy preocupantes. La mínima movilidad de las personas, la consiguiente caída del consumo y el congelamiento de muchos servicios dieron como resultado que una gran cantidad de actividades se mantuviera estática y no se produjera incrementos en sus precios”.

Al mismo respecto, el documento añade: “Durante el verano 2020-2021, al disminuirse los contagios e incrementarse la movilización de personas, incrementando el movimiento de algunas actividades, antes deprimidas, pareció que todo iba a reactivarse. Pero, sin embargo, llegó la segunda ola y hoy, está presente constantemente la amenaza de tener que encerrarnos de nuevo”.

Para la UCIM, “los precios no pudieron mantenerse. Con nuestra enfermedad económica crónica -la intratable inflación- todo se disparó y alcanzamos niveles mayores a los registrados en 30 años. La Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza informó que el Índice de Precios al Consumidor avanzó 3,8% en marzo. Mendoza alcanzó una inflación acumulada del 11,9% para el primer trimestre”.

En dicho contexto, la UCIM traza un paralelo: “Esto solo es comparable con lo sucedido en 1991, cuando se alcanzó una inflación del 51% durante el período enero-marzo (durante lo que fue la salida de la hiperinflación). Pésimas noticias para una economía que castiga (en lugar de alentar) a las actividades comerciales, productivas y a los servicios y empuja a la pobreza, a cada vez más cantidad de hogares”.

El mismo comunicado agrega: “A este mal, crónico, que le ha ganado a absolutamente todas las gestiones económicas desde hace décadas, se suman los más de 160 impuestos, que debe afrontar cualquier ciudadano con iniciativas de trabajar, crecer o subsistir manteniéndose en la formalidad; la falta de libertad a la hora de desarrollar negocios, lo peligroso que es invertir, dada la falta de reglas claras; la escasísima oferta de créditos, un precario tipo de cambio y una larga lista de etcéteras. Incertidumbre, trabas impositivas, presión fiscal, condiciones inalcanzables para ingresar al mercado formal y competencia de producción en la informalidad desalientan a los empresarios a invertir”.

Según la UCIM, “al pequeño empresario no le queda otra que aguantar hasta que no pueda más, pero el que tiene la posibilidad de invertir, en estas condiciones, no lo va a hacer o bien se resguarda en algún activo que por lo menos no le haga perder dinero (dólar, ladrillos, vehículos etc). Si no, siempre tiene la posibilidad de invertir en otro país”.

Luego, el documento hace un apartado titulado “Empresas que cerraron, empresas que se fueron: empleos perdidos”, donde sostiene: “En los últimos meses se fueron de Argentina: Falabella, Walmart, las aerolíneas Latam, Air New Zealand, Emirates, Qatar Airways, Norwegian (low cost); las industrias BASF (pintura de autos), Axalta (empresa química), Saint Gobain Sekurit (fábrica de parabrisas), laboratorio Pierre Fabré; Nike, Gerresheimer, Brightstar, Danone y Glovo. Por solo nombrar las más importantes. Entre comercios pymes y otros negocios han cerrado 18.098 compañías, entre marzo y noviembre del año pasado. Es una cifra que supera ampliamente lo que ocurrió en dos años de crisis en la Argentina, entre 2018 y 2019”.

Y da a conocer un dato escalofriante: “En el total de trabajadores asalariados se perdieron el año pasado 957 mil puestos, entre los trabajadores asalariados registrados la baja fue de 274.000 y entre los trabajadores en negro el descenso de empleos llegó a 780.000. De 20.7 millones de puestos que existían en el tercer trimestre de 2019, se cayó a 18.8 millones de plazas laborales en el mismo período de 2020. Los empleos registrados descendieron 3.3%, pero los más golpeados fueron los trabajadores informales o en negro, un sector que cayó 18.8%”.

En ese marco, concluye: “Dado todo este panorama, frenar la inflación se vuelve una necesidad urgente. Las empresas son solo una parte de la sociedad que la padecen, pero también los responsables de poder enfrentarla y superarla para salir de la pobreza y la caída en picada. Los responsables de la política económica nacional insisten en aplicar las mismas recetas de siempre, que hemos comprobado que no funcionan. No es una cruzada imposible, se pueden mencionar varios ejemplos de países que pudieron superarla”.

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