Funcionarios de la subsecretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Ciudad de Mendoza e investigadores de Conicet se reunieron en las últimas horas para diseñar una herramienta que le ponga fin a una plaga que azota cotidianamente a los mendocinos.
El objetivo es avanzar en la colocación de cajas nidos para lechuzas. Esto representa una acción más en el control biológico de especies plagas en el ecosistema urbano.
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Este proyecto busca la conservación de los servicios ecosistémicos y la mejora constante de la calidad de vida de los vecinos.
“Nos reunimos con equipos del CONICET para implementar un proyecto vinculado al control natural de plagas a través de biodiversidad. Se trata básicamente de la instalación de dos pequeñas cajas para las lechuzas, que son especies naturales de nuestros ecosistemas, cuyas presas son aquellos animales que generan problemáticas como son los roedores”, señaló Sebastián Fermani, subsecretario de Ambiente del municipio.
Al mismo tiempo, explicaron que las mismas serán instaladas en el Parque Deportivo de Montaña y en la Nave Cultural.
Se estima que cada individuo adulto de lechuza del campanario consume más de mil roedores anuales. Este mecanismo es más efectivo que la extracción de roedores por trampeo o envenenamiento.