El líder de la Asociación Bancaria, el mendocino Sergio Palazzo, bancó la candidatura de Sergio Massa, aunque no niega que le hubiese encantado que ese lugar lo haya ocupado Cristina Fernández de Kirchner.
En una entrevista con Clarín, el sindicalista sostuvo que el ministro tiene chances de ganar las elecciones a pesar de la inflación que se aceleró durante su gestión económica, y sostuvo que el nivel de enfrentamientos en Juntos por el Cambio dejará heridos tras las PASO. “Es difícil que vuelvan a ser lo que fueron hasta ahora por el nivel de agravios que han tenido y también por las posiciones de egos”, expresó.
El también diputado y una de los alfiles K en la Cámara baja junto a Máximo Kirchner, Leopoldo Moreau y Hugo Yasky, entre otros, alerta sobre los proyectos de reforma laboral que impulsan los candidatos de la oposición y reclama una posición de “resistencia” de la CGT para enfrentar cualquier intento de recortar derechos de los trabajadores.
-¿Qué análisis se puede hacer tras la definición de las candidaturas en UP y cómo va a encarar la campaña electoral?
-Creo que fue un cierre demasiado largo para integrar a un candidato de unidad del espacio, pero sin embargo se logró una fórmula de síntesis para no ir a una elección. Siempre he dicho que cuando te toca ser oficialismo e ir a una PASO es más complicado. En este caso me parece razonable, lógico y bueno que se haya encontrado una fórmula de síntesis y que haya sido aceptada por todos los sectores. Y creo que esa fórmula vuelve competitivo a Unión por la Patria. Y creo que si la fórmula logra empezar a revertir la situación de inflación, la situación de los argentinos que lo están pasando mal, tiene chances muy ciertas de ganar el proceso electoral de octubre.
-¿Massa era la mejor síntesis de la unidad del oficialismo?.
–Massa termina siendo la síntesis del espacio por una decisión de quienes conducen los tres espacios políticos, con lo cual creo que si ellos resolvieron esa síntesis y están de acuerdo, a mí me parece bien. Obviamente que yo pertenezco a un espacio que tenía como candidato a Wado de Pedro pero en función, en aras de que el espacio mantenga su unidad, sea competitivo electoralmente y pueda encontrar una síntesis, que hayan elegido a Sergio Massa a mí me parece bien.
-Quedaron heridos internos tras esa definición.
-Siempre hay alguien que termina con insatisfacciones. Eso es normal y habitual en cualquier espacio político. La lista tiene una cantidad de determinada gente que puede entrar, tiene una cantidad dentro de esa gente de la que realmente va a entrar. Y siempre todos en política aspiramos a ser parte protagónica y a veces no te toca. Así que seguramente habrán quedado algunos que no están satisfechos, pero es el común denominador de cualquier cierre de lista en cualquier partido político. Nada que sea una alerta específica como para preocuparse más allá de contener a a esos.
-Ahora ¿qué posibilidades tiene Massa en la pelea electoral cuando es el ministro de Economía en un contexto de alta inflación como el que atravesamos?
-En otros tiempos o quizás en otros países, sea un condicionante tener una alta inflación para que un ministro de Economía sea candidato. Creo que en la Argentina se ha internalizado en gran parte de la sociedad que el problema de los precios es un problema estructural, independientemente del gobierno. Tener una inflación alta no le quita chances de ganar la elección. El problema de los precios lo padeció el propio gobierno de Mauricio Macri, que proviniendo del riñón empresario, ni lo ayudaron a él los propios empresarios.
-Pero Macri perdió las elecciones.
-Si Macri perdió. Pero lo que quiero significar es que todas estas experiencias, inclusive la de Macri, implica que uno se va formando opinión de que no el problema de los precios no es un problema de un gobierno, es un problema estructural, por eso no le quita chances electorales a un ministro tener una alta inflación, como tampoco es garantía de tener potencial electoral ser ministro con una inflación baja. Le pasó a Cavallo, que terminó sacando el 7% con una inflación que era infinitamente menor. Es decir, creo que en la Argentina el problema de los precios pasó a ser un problema estructural que todos empezamos a entender que es estructural independientemente del gobierno y eso no lo hace más o menos competitivo a Massa.
-Y ¿qué va a estar observando el votante para definir su decisión electoral?
-Si la política está dispuesta a resolverle los problemas cotidianos o no. Creo que en función de que hasta ahora no tiene una mirada en ese sentido es que se están dando los niveles de ausentismo o de voto negativo en general, de voto en blanco. Cuando vos sumas hoy votos en blanco y ausentismo estás en un promedio de hasta 40%. Eso nos indica que obviamente hay una parte de la sociedad que a veces los dirigente equivocadamente decimos que uno no participa de política, se abstiene, no va a votar, vota en blanco, pero eso es una actitud política de ciudadano que nosotros la tenemos que interpretar. Y la primera lectura que hago es que está claro que tampoco quieren votar a Juntos por el Cambio, porque si no lo hubieran votado en lugar de abstenerse.
-¿Cómo lo analizan entonces?
-Cuando vos estás muy enojado con alguien, lo que buscas es un cambio. No lo están buscando porque no los votaron a ellos. Lo que están haciendo es no presentarse a votar. Quiere decir que si vos corrigiera problemas cotidianos de la sociedad, como puede ser el problema de ingreso, de los servicios, de la seguridad y lo hacés con un programa de gobierno que tiene que anteponerse a los hombres y a las mujeres que conducen, quizás el resto de la sociedad que no está yendo a votar o que ha votado en blanco, sea un voto más recuperable por el oficialismo que por la oposición, porque si no, ya hubiera votado la oposición.
La interna en la oposición
-¿Cree que ninguno de los candidatos de la oposición logra expresar esa demanda de cambio que marcan las encuestas?
-La oposición se presenta ante la sociedad como lo nuevo y el cambio, pero quienes tienen como referencia ideológica lo que fue el actor intelectual del programa del 2000-2001 que provocó una crisis económica, social y de envergadura en términos institucionales, saben que quienes fueron ejecutores de ese programa son hoy los que dicen que es el cambio o es la nada. Entonces, quién dice que va a terminar con la casta tiene como principal referencia económica y política a quien fue el autor intelectual del 2001 y quien dicen somos al cambio o no somos nada, fueron el brazo ejecutor de las políticas en el 2001. Entonces, la realidad argentina es que lo que se presenta como nuevo es lo que ya fracasó y con las personas que ya fracasaron. Por eso la sociedad argentina, supongo, está mirando eso. Quienes te proponen el cambio y terminar con la casta son precisamente quienes se sustentan en políticas del pasado que fracasaron, con los actores que fracasaron en el pasado.
-¿La elección será finalmente una disputa de tercios cómo planteó Cristina hace un tiempo o se terminará polarizando?
-En realidad creo que no hay una elección de tercio. Hay consolidado un tercio en una parte, que es el oficialismo; tenés un poco menos de un tercio en otra, que es Juntos por el Cambio, y tenés un poco más de un tercio de la sociedad no tiene definido hacia donde va a volcar su voto. En el 2015 lo hizo por Macri, en el 2019 por el Frente de Todos, y hoy ese grueso de la sociedad es el que no estás yendo a votar o votando en blanco. Entonces, a ese sector le tenés que llegar con políticas claras y con un programa que no sea solamente la política preelectoral de resolver el problema circunstancialmente.
-Ese es el sector que Massa va a intentar sumar…
-Hay que ir a darle respuesta y a partir de esa respuesta es un sector pensante que va a definir el proceso electoral. No creo que ese sector específico sea el que iba a votar a Milei, ni a Patricia Bullrich, ni a Rodríguez Larreta que son todo lo mismo.
-Pero por los cruces y diferencias que marcaron en las últimas semanas Bullrich y Larreta no parecen lo mismo.
-Creo que se han dicho muchas cosas muy graves. Hay que preguntarle a Rodríguez Larreta cómo va a congeniar su programa de gobierno con las mismas políticas que vienen desarrollando hace años y que dijo que fueron un fracaso del gobierno de Macri. Si fueron un fracaso, debería tener un programa distinto, pero su programa es exactamente igual. Lo único que diferencia de Bullrich son los modos, más allá que ella ha manifestado un profundo desconocimiento de muchos temas. Eso es peligroso porque señala que hay una candidata que aspira a ser presidente, que no conoce respecto de los problemas de la Argentina y mucho menos sabe cómo resolverlos. En Juntos por el Cambio es difícil que vuelvan a ser lo que fueron hasta ahora después de las PASO. A partir de el nivel de agravios que han tenido entre ellos y también es muy difícil desde las posiciones de egos de los mismos. Va a ser muy difícil que ellos logren una síntesis con posterioridad a que tengan un candidato electo. Y estoy seguro que el día después de la elección no van a hacer exactamente lo mismo que han sido hasta ahora.
-Y el oficialismo puede sacar ventaja de eso.
-El oficialismo puede sacar ventaja de eso, pero primero tiene que tener un programa concreto y mostrárselo a la sociedad, de cómo va a resolver los problemas. El oficialismo tuvo cuatro grandes episodios que no los tiene ningún presidente ni ningún gobierno. Uno fue el problema del endeudamiento y la alta inflación que le dejaron. Otro fue el problema de la pandemia. Después fue el problema de la suba de los precios de la energía y la inflación mundial producto de la guerra en Europa entre Rusia y Ucrania. Y luego fue la sequía. Es decir, cuatro eventos que nunca se conjugan entre sí en un mismo periodo. Quiere decir que si a pesar de eso todavía sos competitivo, lo que tenés que mostrarle a la sociedad es el programa y lo que vas a hacer ahora, que no vas a tener pandemia, que no vas a tener otra guerra más y que además vos empezás a hacer funcionar determinados factores de la economía que te van a servir estructuralmente como país, por ejemplo, el tema de la energía. Creo que si empezás a resolver algunas cosas y mostrarle a la sociedad un programa a futuro y particularmente a los trabajadores, que no se puede acompañar el proceso político que decididamente te dicen en la cara que te van a quitar derechos, creo que nosotros estamos en condiciones muy competitivas de ganar una elección.
-¿Le preocupan los proyectos de reforma laboral que anticipan los candidatos de la oposición?
-Creo que nosotros tenemos que decirle con claridad a la gente que en 12 años del gobierno de Néstor Kirchner y Cristina se sancionaron 71 leyes o modificaciones de leyes en materia laboral, todas en beneficio de los trabajadores, mientras los tres proyectos centrales que han presentado en el Parlamento y que son parte de la estructura de la plataforma electoral tanto de Milei, Bullrich o Larreta, apuntan a terminar con la ultra actividad de los convenios, con lo cual te dejan sin derechos y se caen los convenios. Consideran que la indemnización es un pasivo imposible de soportar, con lo cual te están diciendo que te van a dejar sin indemnización. Y plantean una de las organizaciones sindicales. Entonces, los tres proyectos que te presentan del otro lado es que te quedes sin derecho porque te sacan la ultra actividad, que te quede sin indemnización para que te echen sin plata y que te quedes sin organización para poder contrarrestar el poder económico que van a tener los sectores del capital. Esto es lo que hay que salir a explicar quienes tenemos una función como dirigentes sindicales, porque sino después será más difícil.
El futuro de la CGT y la reforma laboral
¿Cómo imagina el rol de la CGT si avanzan esas reformas?
-La CGT tiene diversos espacios y siempre va a encontrar un espacio que sea de resistencia, lo tuvo con la CGT de los argentinos, lo tuvo en el proceso previo a la al advenimiento democrático en el 83, lo tuvo también aún en el gobierno de Macri. Estuvimos quienes peleamos y estuvieron quienes tuvieron otra mirada que quizás era una mirada más negociadora. Siempre va a haber espacios de resistencia, tratando de convencer, tratando de que la gente se movilice, tratando de que ni el ajuste sea la variable que necesita la economía, ni que los derechos de los trabajadores sean los que se tengan que cercenar mientras crecen derechos a favor de los sectores o economías concentradas.
-Pero con las diferencias marcadas dentro de la CGT ¿es posible que asuma unida esa posición de resistencia?
-Creo que no se ha logrado consolidar una unidad en la acción de la CGT. Quizás hay una intención de transitar juntos este tiempo, pero una unidad de acción no la ha habido. Si seguimos así, está claro que vamos a tener una dificultad si ganara Juntos por el Cambio. Pero también creo que los espacios de resistencia son los que terminan predominando porque un trabajador amenazado no se va a refugiar en quién interprete un concepto más negociador de la función sindical. Cuando le atacan su derecho se va a referenciar en los sectores que resistan y eso es inevitable.
-¿Qué opina del rol de Pablo Moyano en la conducción de la CGT?
-Pablo siempre ha tenido la misma característica, ha defendido a los trabajadores y tiene su su estilo de defenderlo. Y creo que ha intentado por todos los medios cumplir dignamente ese papel. Está claro que los medios dan cuenta que a veces ha tenido diferencia en la conducción, pero ha tenido el coraje y la valentía de expresarlo. Así que yo le tengo mucho respeto por eso.
La relación con Cristina
-¿Sergio Palazzo es el dirigente sindical más cercano, con mejor diálogo con Cristina?
-No, Cristina habla con muchísimo dirigentes sindicales y yo soy uno más. Tengo una relación de admiración y de afecto. Es la dirigenta política más importante de la Argentina, es capaz de generar agenda sin que la agenda se la genere nadie, ni el poder económico, ni los factores externos, ni los medios. Cuando un dirigente tiene eso y tiene su claridad conceptual, es una dirigente a la cual yo admiro. Y tengo también un profundo afecto porque no he visto dirigente desde el advenimiento de la democracia a la fecha que haya sufrido los embates que ha sufrido en materia de ataque permanente y sistémico de todos los actores de poder que pululan en la Argentina. Fue una persona que tuvo un revolver en la cabeza y ni siquiera la que era presidente del partido principal de oposición tuvo la dignidad de solidarizarse con ella. Y fue una mujer que le ha dado todo a la República Argentina en estos últimos 20 años de democracia. Así que yo tengo una profunda admiración, un profundo respeto y un agradecimiento muy grande.
-Comparte su decisión de no ser candidata.
-No, creo que debería haber sido candidata. Lo dije desde el primer día y hasta el último día. Uno trató de convencerla. Una semana antes estuvimos con un grupo de dirigentes sindicales en el Senado pidiéndole que fuera candidata. Yo creo que ella hubiera potenciado y hubiera ayudado más. Pero también hay que entender que la decisión de ella no tiene que ver con que se aleje de la política. Cristina no se va a alejar nunca y la política es una política de raza por naturaleza.
-¿Va a estar al frente de la campaña?
-Ojalá lo esté. Había un pedido concreto de Máximo en el acto de Hurlingham el otro día y conociéndola Cristina como la conocemos los militantes, creo que no hay que pedírselo. De hecho va a estar en la campaña, va a tener un papel protagónico.
-¿Qué te deja la gestión de Alberto Fernández?
-Me deja cosas buenas y sinsabores. Trato de no dramatizar las cosas. Me parece que dramatizar las cosas y ponerlas en términos de peligro supremo no nos ayuda en la Argentina. Creo que Alberto Fernández hizo cosas bien e hizo cosas mal, las cosas mal en no discutir con mayor fuerza. Quizás habrá que ver si tuvo la herramienta o no, pero no haber dado una discusión más fuerte con el Fondo Monetario en el momento del acuerdo con el Fondo. Debería haber sido otra negociación porque habían factores extras. Creo que ahí hay un primer error, un y segundo error quizá fue no haber discutido con mayor firmeza el tema de la distribución del ingreso, no haber hecho algo más. Pero también creo que el gobierno tuvo cosas buenas. Por ejemplo, no hubiera sido lo mismo una pandemia con el gobierno de Macri.