Como consecuencia de un ciclón, al menos ocho personas fallecieron y otras 22 permanecen desaparecidas en el sur de Brasil. El fenómeno comenzó en los últimos días. Según informaron fuentes oficiales del gobierno, debido a la caída de varios puentes, es más complicada la tarea de rescate.
Unos 3000 ciudadanos debieron ser evacuados en alrededor de 40 municipios del estado de Rio Grande do Sul. Allí se reportaron la mayor parte de los daños. En concreto, 2300 habitantes se quedaron sin hogar y alrededor de 600 fueron desalojados momentáneamente.
Además, el Hospital Santa Luzia, en Capão da Canoa, tuvo que suspender sus servicios. Esto se debe a que sus instalaciones quedaron completamente inundadas por las intensas lluvias que azotaron la ciudad.
El gobernador de Rio do Grande do Sul, Eduardo Leite, expresó que la prioridad es “rescatar a las personas que se quedaron aisladas en zonas inundadas y localizar a los desaparecidos”.
“Nuestros primeros esfuerzos son las vidas humanas”, indicó después el gobernador desde Sao Leopoldo, otra de las ciudades golpeadas por el ciclón. Allí se encontraba con los ministros Paulo Pimenta, de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, y Antônio Waldez Góes, de Integración y Desarrollo Regional.
Waldez Góes declaró que primero darán “ayuda humanitaria”. Después se centrarán en la liberación de recursos para “reconstruir” los destrozos ocasionados por el ciclón.