Los asesinos de Fernando Báez Sosa no la pasan para nada bien y en las últimas horas, crece la preocupación por la salud de los jóvenes asesinos.
Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) se encuentran en alerta por el estado de ánimo que padecen tras recibir las sentencia el pasado lunes 6 de febrero.
Según informó Noticias Argentinas, “los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen“.
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Al mismo tiempo las autoridades del establecimiento indicaron que “hay temor de que alguno pueda suicidarse“.
Por otro lado, aseguraron que los reos tuvieron varias discusiones entre sí, en un tono bastante elevados, pero no llegaron a los golpes.
Uno de los más afectados tras la sentencia es Máximo Thomsen, condenado a prisión perpetua. El asesino requirió varias veces asistencia psicológica y pidió que le llevaran biblias.