La Dirección General de Aduanas-AFIP detectó irregularidades en una empresa de Mendoza que había exportado ajo a Brasil por más de $137 millones. A raíz de una investigación profunda, el hecho fue denunciado ante la justicia.
El organismo que dirige Guillermo Michel constató que la firma no podía explicar razonablemente la forma en que había adquirido la mercadería que comercializa y determinó que no cuenta con respaldo patrimonial, logístico, económico ni financiero para su volumen de exportaciones.
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En ese sentido, la Aduana denunció a la empresa ante el Juzgado Federal N°1 de Mendoza. La provincia era la plaza de salida de sus exportaciones que, en su corto tiempo de actividad, llegaron a 700 toneladas de ajo.
Pese a ello, ante los requerimientos de la Dirección General de Aduanas, no se pudo presentar facturas de compra de la mercadería ni evidencia de poseer personal en relación de dependencia. Llamativamente, su actividad comercial hasta hace poco era la venta de indumentaria.
Al mismo tiempo, agentes confirmaron que el domicilio fiscal declarado por la exportadora era una vivienda familiar sin indicio alguno de que en allí se desarrollara una actividad comercial.
Por todo esto se presume que la empresa es solo una pantalla para ocultar a los verdaderos exportadores y evitar la liquidación de dólares.