Micaela Méndez, imputada por el reciente femicidio de Florencia Romano, recuperó la libertad durante la tarde de este martes. Igualmente seguirá imputada por el hecho que terminó con la vida de la niña de 14 años.
La joven, de 27 años de edad, primeramente se sometió a una rueda de preguntas que le hicieron, junto a Pablo Arancibia, su pareja y principal sospechoso, los primeros efectivos policiales que llegaron hasta la casa ubicada en el pasaje Berra de Luzuriaga, Maipú.
Según los pesquisas, Micaela Méndez se retiró de su casa al mediodía, Arancibia llegó después al mismo lugar, una vez que Romano ya había muerto. El domingo volvieron a la vivienda del pasaje Berra.
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La fiscal Claudia Ríos determinó cederle la libertad por una serie de pruebas que presentó su abogado, el defensor oficial Rafael Manzur.
Por medio de esa presentación, se conocieron testimonios familiares que la ubicaron en la casa de sus padres durante el fatídico sábado, el día en el que Florencia Romano fue asesinada.
Además, mientras ella estaba junto a sus padres, se tomó fotografías que luego posteó en sus redes sociales de Facebook e Instagram. Estas redes no permiten modificar la fecha.