El Ministerio de Seguridad pasó a pasiva a la efectivo de la Policía de Mendoza que recibió un llamado alertando una situación de violencia de género en la casa de los sospechosos donde se produjo el sábado el femicidio de Florencia Romano y no le dio curso correspondiente y este viernes fue citada a declarar para que dé las explicaciones del caso.
Según pudo saber El Sol, la operadora de Centro Estratégico de Operaciones (CEO) fue identificada como la auxiliar Soledad Herrera y terminó separada preventivamente de su puesto de trabajo mientras se desarrolla la investigación administración correspondiente en la Inspección General de Seguridad (IGS).
La uniformada tiene 4 años de experiencia en el CEO y 13 en la fuerza policial.
El accionar de Herrera podría traer graves consecuencias en el organigrama del área, ya que también podrían ser citados a declarar -y luego desplazados a otras áreas de la cartera que conduce Raúl Levrino- los jefes de Sala y Audio, supervisores, y hasta el responsable máximo del 911. Todo dependerá de la decisión del director de la fuerza, Roberto Munives.
El fiscal en Jefe de la Fiscalía de Homicidios, Fernando Guzzo, señaló ayer jueves por la noche en conferencia de prensa, que la comunicación se produjo el sábado en la tarde y la operadora creyó que era una broma, descartando los datos que le estaba aportando sobre lo que sucedía en la vivienda del pasaje Berra, ubicado sobre calle Padre Vázquez.
Poco después, asesinaron a Florencia.