“Un diálogo de sordos”, esa fue la desafortunada frase que utilizó el juez Rafael Escot en una audiencia donde interrumpió la declaración de una víctima, en la megacausa II por los abusos cometidos en el Instituto Antonio Próvolo. Este viernes, tomaron la decisión de apartar al juez del Tribunal que lleva adelante el juicio.
Alejandro Iturbide, fiscal de delitos sexuales, y los querellantes particulares solicitaron la recusación del Escot por “sospecha de perdida de imparcialidad, trato discriminatorio, negación de acceso a la justicia”.
El hecho ocurrió el martes pasado cuando una víctima, uno hombre de 38 años, prestaba declaración desde una videoconferencia desde Salta. En un momento, el magistrado lanzó el desafortunado comentario que le valió un pedido de recusación. La solicitud fue avalada por otras tres juezas, Belén Salido, Gabriela Urciuolo y Belén Renna. Escot será reemplazado por la última de esas magistradas, que lleva adelante el proceso en calidad de suplente.