Virginia Luz Pérez Antonelli es la joven que le practicó RCP a Fernando Báez Sosa luego de la golpiza que le proporcionaron 8 rugbiers.
Al momento del ataque, tenía 17 años. Contó que debió hacer mucha terapia para superar lo ocurrido esa noche. Ahora, estudia producción audiovisual.
El día del hecho, ella fue a bailar a Le Brique. Había decidido salir por el exceso de gente que había adentro. Al mismo tiempo que ella salía, la seguridad del lugar sacaba por la fuerza a Máximo Thomsen, uno de los acusados.
La joven declaró ayer y su testimonio sin dudas fue clave en la causa.
Vio como golpeaban a Fernando y como sus amigos pedían ayuda a los gritos, por lo que se ofreció a hacerle maniobras de RCP ya que había hecho un curso en la Cruz Roja.
“Yo le sostenía la cabeza a Fernando, le hablaba, le pedía que se quedara conmigo”, confesó la joven.
Fue cuestionada por Tomei, el abogado de los rugbiers. Le consultó si ella de verdad tenía conocimiento en las técnicas de reanimación ya que se le puede ocasionar una lesión a la persona si no se hace RCP de manera correcta.
“Es mejor tener a una persona con la costilla rota y viva, que una persona muerta”, le respondió Virginia al letrado.
Después de salir de la sala, habló con la prensa y expresó: “Fue muy intenso porque hubo mucho ataque contra mí durante la audiencia, pero me esperaba que me dijeran ‘fue tu culpa'”. “Yo sé lo que hice, estoy licenciada por la Cruz Roja”.
“Son unas bestias y mentirosos. Todos son culpables por cómo le pegaron, todo lo que hicieron después y hasta por acusar a un inocente“.
“No había tenido la oportunidad de ver a los papás de Fernando y cuando los miré me acerqué y los abracé. Me dijeron que iban a estar agradecidos toda la vida conmigo”.