Juan Carlos García (56), un reconocido femicida que había sido sentenciado en 2016 por el asesinato de su esposa, Elina Romano Carmona Meleán (57), confesó que también mató a su hijo.
Carlos Sebastián García (20), al que muchos conocían como “Carlitos”, fue visto por última vez en junio del 2008, reflejaron los colegas de Sitio Andino.
El miércoles, comprometido por la investigación judicial, García confesó que terminó con la vida de su hijo, por lo que volvió a ser condenado.
En el marco de un juicio abreviado, el hombre dijo que asesinó a balazos a su hijo por su problema con las drogas. La justicia lo condenó a prisión perpetua.
La familita habitaba una propiedad del reconocido barrio Unimev de Guaymallén, cuando el 28 de junio de 2008, desapareció “Carlitos”.
En aquel entonces, todo el entorno familiar sabía que el joven tenía serios problemas de adicción, inclusive había estado internado en el hospital El Sauce hasta pocos días antes.
Su padre radicó la denuncia policial durante la noche de aquel día y comentó que el joven había dejado de ser visto en el barrio 25 de Mayo de Rodeo del Medio, después de una discusión porque el adolescente pretendía comprar droga.
Le indicó a las autoridades que el joven se encontraba con el en su vehículo, pero “Carlitos” bajó del rodado y se escapó corriendo. Posteriormente lo buscó, y al no encontrarlo, decidió radicar la denuncia.
Las autoridades comenzaron con una ardua investigación pero jamás se conocieron novedades. Más adelante, en 2015, García volvió a tener un roce con la Justicia.
El 13 de febrero de ese año, Carmona Meleán desapareció, según relató en ese entonces el hombre. Luego, tras dar algunas pistas falsas, encontraron el cuerpo de la mujer en inmediaciones de la Ruta 142 de Lavalle, en el paraje La Asunción.
Los policías que llegaron al lugar del hecho, comprobaron que el cadáver tenía cuatro balazos de un arma de fuego calibre 22.
En marzo de 2016, y luego de una exhaustiva investigación, condenaron a prisión perpetua a Juan Carlos García por “homicidio agravado por el vínculo”.
Posteriormente, familiares se hicieron presentes en la fiscalía y volvieron a activar la búsqueda del hijo. Revelaron que sospechaban del hombre, y añadieron que nunca pudo superar los problemas de adicción del joven.
El 26 de mayo de 2011, un trabajador rural de Lavalle encontró un cráneo y restos óseos en cercanías de la ruta 142, a pocos kilómetros de donde mataron a la mujer.
Con el correr de los años, más precisamente el pasado 14 de mayo, los peritos determinaron que ese cráneo correspondía a un hijo de Carmona y tenía tres impacto de bala, también de calibre 22.
Fue así que los sabuesos terminaron de cerrar una historia terrible, que tuvo su corolario el último miércoles con la declaración del hombre.
