Un defecto del sistema inmune es responsable del 20% de las muertes por COVID

El 6% de los mayores de 80 años produce anticuerpos defectuosos que empeoran la enfermedad. Médicos indican que esta información puede ayudar a determinar la población susceptible de recibir una tercera dosis.

Dos estudios aclaran por qué algunas personas pasaron la infección por coronavirus sin problemas mientras otras enfermaron hasta morir. Uno de los trabajos apunta que casi el 20% de las muertes por COVID-19 se debe a que los pacientes generaron un tipo de proteínas del sistema inmune que, lejos de protegerles contra el virus, exacerbaron sus efectos.

Hace casi un año un consorcio internacional de científicos y médicos ya alertó de que el 10% de los pacientes generaba autoanticuerpos, proteínas del sistema inmune que inexplicablemente se vuelven contra el organismo del paciente. Estos anticuerpos defectuosos atacan a los interferones tipo 1, un conjunto de moléculas fundamentales porque poco después de la entrada de un virus en el organismo se encargan de interceptar al virus lanzando una alarma generalizada por todos los tejidos para que las células activen su maquinaria de protección. El bloqueo de esta molécula era suficiente para que la infección se agravase hasta poner en peligro la vida del paciente.

Estos nuevos trabajos realizados por el mismo consorcio son mucho más completos, pues han analizado a más de 3.500 pacientes en estado crítico por coronavirus. Los resultados se publicaron en Science Immunology y muestran que casi el 14% de los pacientes graves tenía estos anticuerpos defectuosos. 

“Es posible que parte de las reinfecciones que estamos viendo en gente vacunada se deban a estos autoanticuerpos”, explica Carlos Rodríguez-Gallego, inmunólogo del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín y coautor del estudio.

“Es lógico pensar que la vacuna protege también a las personas que tienen estos autoanticuerpos. Estos nuevos datos deberían usarse para seleccionar bien los grupos de riesgo a los que podría beneficiar una tercera dosis de la vacuna”, añade Rodríguez-Gallego. El médico señala que ya es posible hacer un test especial para detectar estas moléculas y saber por tanto si un infectado tiene más riesgo de sufrir COVID grave. 

También apunta a dos posibilidades de tratamiento: en los primeros días de la infección, cuando aún apenas hay síntomas, se puede usar interferón. Si la enfermedad ya está avanzada habría que recurrir a la plasmaféresis, un filtrado de la sangre para eliminar los anticuerpos malignos y otras moléculas inflamatorias.

El estudio también muestra que estos autoanticuerpos son mucho más frecuentes en personas de edad avanzada. Hasta el 6% de los mayores de 80 años tiene estos autoanticuerpos presentes en su organismo previamente a la entrada del virus, mientras que en los mayores de 70 es el 1% y entre los de 18 a 60 años solo el 0,18%, según muestra el estudio, que para este análisis ha estudiado muestras de casi 35.000 personas. La presencia de estos autoanticuerpos también es más alta en pacientes con algunas enfermedades inmunológicas previas como el timoma, que afecta al timo, una especie de cuartel donde se entrena a los efectivos del sistema inmune para diferenciar qué moléculas son propias y no deben ser atacadas y cuáles pertenecen a patógenos y deben ser aniquiladas.

Fuente: Diario El País

 

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