El Gobierno de Mendoza solicitará que este año no se destine vino a mosto.
Esto es en el marco del conocido acuerdo entre Mendoza y San Juan, por el que se busca mantener un equilibrio en los stocks destinando parte del vino a mosto y a otros subproductos.
Sin embargo, tras conocerse el pronóstico de cosecha emitido por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en donde se indica una merma de 23% para la provincia de Mendoza y de 21% a nivel nacional, desde la Provincia se evaluó que reducir aún más el stock vínico podría afectar negativamente los precios pagados al productor.
Vale recordar que recientemente tuvo lugar la Mesa de Concertación Vitivinícola, en donde participaron los principales referentes de los productores de uva, cámaras de elaboradores de vino, técnicos del Instituto de Desarrollo Rural, los subsecretarios de Industria y Comercio, Alejandro Zlotolow, y de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo; la Dirección de Fiscalización y Control, con José Cortez a la cabeza, y la de Agricultura, con Valentina Navarro Canafoglia, su directora.
El encuentro tuvo como tema principal de debate los precios de la uva. Allí, los productores les refirieron a los funcionarios provinciales sus expectativas en cuanto a montos y alertaron sobre la posibilidad de que las bodegas importen uva para suplir la falta, con la consecuente presión sobre los precios a la baja.
Durante la mesa, los propios productores resaltaron la necesidad de contar con los datos difundidos por la entidad nacional e incluso remarcaron que deberían haber estado a disposición de todos los sectores con antelación para anticiparse a los hechos.
Ante esta situación, y tras conocerse que, según las estadísticas del INV, se espera que en Mendoza se cosechen 10.138.700 quintales, cuando hace un año la producción fue de 13.243.217 quintales, desde el sector esperan negociar precios en alza.
El pronóstico de cosecha 2023
Los datos del INV se completaron e informan luego del trabajo a campo realizado hasta el 15 de febrero, tras lo que se dio a conocer que se espera un total de 15.352.900 de quintales, 21% menos que la producción de 2022, cuando se logró un total de 19.368.030 de quintales.
Dentro de ese número total, Mendoza ocupa el 66% de la producción, pese a la merma en la producción por la ocurrencia de heladas tardías y tormentas graniceras, además de la escasez hídrica que se ha repetido este año.
El mismo organismo asegura que “se ha verificado una gran variabilidad de resultados en cada provincia, con datos muy dispares según el impacto de las contingencias climáticas sufridas por heladas y granizo. A modo de ejemplo y en particular, la provincia de Mendoza presenta oasis que van desde -1% a -60% en la estimación de la producción con relación con 2022. Esto demuestra lo complejo que ha resultado el trabajo de evaluación en el territorio este año”.
En tanto que, en otras provincias, como San Juan, la caída fue menor, al pasar de 4.681.454 de quintales a los 4.045.600 que se esperan para este año (-14%); o Salta, con una reducción de 9% y un total de 308.400 quintales; al igual que La Rioja, con 658.200 quintales (-9%).
La caída fue más dramática aún en Catamarca, aunque la producción es menor, con 44% menos que en 2022 y un pronóstico de 108.100 quintales para este año; en el Sur del país, en tanto, se esperan 81.700 quintales (-52%), y en el resto del país, 12.200 quintales (-30%).
Nivel de incertidumbre de medición del INV
El instituto informó que el promedio cosechado de los últimos 12 años, que abarca desde 2011 a 2022, es de 23.410.759 de quintales (qq). Se puede apreciar un desvío porcentual sobre el mencionado promedio de -34% respecto del estimado para 2023, lo que representa 8. 057.000 qq menos.
Al respecto, el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Martín Hinojosa, comentó: “Las contingencias climáticas, la disminución de la superficie implantada de viñedos y la carencia de agua para irrigar nos llevará a tener una de las vendimias más bajas de los últimos años. El clima nos está castigando cada vez con más frecuencia y frente a ello deberemos comenzar a trabajar en defensas efectivas y modernas que nos permitan darle lucha y seguir produciendo”.
“Nuestros productores han hecho, como siempre, todos los esfuerzos para sostener la actividad. La realidad de cosecha 2023 nos compromete, hoy más que nunca, a estar cerca y acompañando a toda la vitivinicultura argentina”, cerró.