El diputado nacional por Mendoza y ex gobernador de esa provincia, Alfredo Cornejo, puso sobre la mesa el debate sobre el MendoExit el año pasado, asegurando que para Mendoza no es rentable ser parte de la Argentina.
Algo de razón hay tiene y es que además de ser una de las provincias más productiva del país, financia feudos peronistas a través de la coparticipación y tiene problemas para realizar exportaciones por decisiones nacionales.
Si bien hace varios meses que el tema está en discusión, recién ahora comienza a tomar un impulso más realista, y es que el diputado nacional José Luis Ramón propuso ir a una consulta popular para que los ciudadanos de la provincia puedan votar por “ser argentinos” o “dejar de serlo”.
“Quienes deben dirimir si Mendoza es Argentina o no, debe ser el pueblo mendocino. Los dueños de la provincia tienen que dejar de hablar por la ciudadanía de a pie, y enfrentarse a la decisión que tome el pueblo soberano”, redactó el legislador nacional, quien consideró que “ser mendocino es una identidad en sí misma”.
En tal sentido, el presidente del justicialismo provincial, el kirchnerista Guillermo Carmona, fustigó a Cornejo y lo tildó de “el pequeño demagogo de la Pampa Seca anda fomentando un separatismo berreta”.
Marcelo Duclos, en un artículo publicado en Panam Post, destaca que “aunque nos disguste la idea de ir al supermercado para comprar un Malbec mendocino, teniendo que verlo con etiqueta de importación y pagándolo más caro por los eventuales nuevos impuestos, lo cierto es que la indignación del sector productivo con el centralismo político es más que razonable”.
Es que nadie quiere trabajar para entregarle todo al fisco y el Estado nacional deberá comprenderlo. Ello se puede observar en la emigración de los talentos y quienes continúan en el país -y cómo no, en la provincia- prefieren sobrevivir antes que iniciar un emprendimiento que les traerá grandes dolores de cabeza.
Menciona Duclos que “como porteño tampoco tengo demasiados problemas para imaginarme a la Ciudad Autónoma como una Luxemburgo latinoamericana. La idea de todo esto, que por ahora sigue siendo bizarro y lejano, pero que comienza a discutirse, me remite al gran Tato Bores, que sugería la desaparición argentina en el mundo de la comedia hace tres décadas. ¿Habrá sido profético el gran cómico nacional?”.