TDAH, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad que afecta a niños y a adultos por igual

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) genera dificultades en las funciones ejecutivas, la regulación y en la motivación de las personas.

Cada 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) con el objetivo de informar y concientizar a la ciudadanía sobre esta condición. El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo y sus síntomas principales son la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, donde las personas presentan dificultades en sus funciones ejecutivas, en la regulación emocional y en la motivación.

Se cree que la prevalencia del TDAH es de aproximadamente del 4 al 5% en niños, según la Organización Mundial de la Salud y estudios epidemiológicos efectuados en diferentes regiones del mundo.

Sin embargo, a diferencia de lo que se creía hace unos años, el TDAH no es no es solo una condición que se detecte en la infancia, sino que también más del 60% de los niños que tienen este diagnóstico, persisten con sintomatología evidente en la adultez.

Pese a que su origen es neurobiológico, hay factores que pueden llevar a que los síntomas se expresen en mayor medida. “Si bien los tratamientos han demostrado ser sumamente efectivos en población infanto juvenil, el problema surge cuando aún existiendo dificultades académicas, sociales o conductuales, por desconocimientos o ideología el individuo no recibe el diagnóstico o tratamiento adecuado”, confirmó Andrea Abadi, directora del Departamento Infanto Juvenil de INECO.

En lo que respecta a los adultos, el TDAH afecta considerablemente varias dimensiones de la vida cotidiana, como las relaciones interpersonales, el rendimiento en el estudio y el trabajo. Además, está cómunmente asociado a síntomas de ansiedad, depresión y abuso de sustancias.

Según estudios especializados, la afectación del TDAH posiblemente sea mayor en personas que no han sido diagnosticadas en la infancia, situación frecuentemente observada tanto en las investigaciones como en la práctica clínica.

En esta línea, por medio de diferentes estudios se comprobó que la terapia cognitiva conductual es asociada con beneficios significativos, ya que brinda estrategias orientadas a mejorar los síntomas centrales del TDAH; reduciendo la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, así como también los síntomas anímicos y de ansiedad. “La terapia cognitivo- conductual, está organizada en sesiones breves, focalizadas y estructuradas”, dijo Juan Sorondo, neuropsicólogo del Departamento de Neuropsicología de INECO.

“En ellas, el objetivo principal es modificar las conductas que fuerzan los efectos negativos, enseñando a las personas a manejar los síntomas centrales, mejorando la adaptación emocional y la autoestima, reduciendo los otros problemas asociados con esta condición”, agregó el especialista.

Y continuó: “Además, contar con un espacio de entrenamiento ejecutivo para trabajar temas relacionados a la organización general, a la planificación, a selección y monitoreo de objetivos y a encontrar estrategias para evitar la procrastinarían, entre otras cosas, resulta fundamental”.

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