El presente del mendocio Alejo Arias González, el joven de 25 años que está detenido en El Salvador tras ser acusado de integrar una organización colombiana que habría montado una financiera ilegal, es un verdadero infierno.
El joven, que cumple prisión preventiva en las cárceles Bukele, se comunica con su familia una vez cada dos meses, pero solamente por medio de cartas que transmite a un intermediario.
“Hace un año que no escuchamos su voz”, le dijo a TN Mauricio Arias, su papá, respecto del infierno que vive con su hijo.
La metodología es la siguiente: los padres de Alejo le envían cartan al cónsul, él se las lee cuando lo visita cada 60 días, y ahí el joven le contesta a su familia por medio del funcionario.
En los mensajes, el joven ha hecho referencia al estado del establecimiento penitenciario y a cómo su día a día con el resto de los detenidos.
En la primera de las cartas, según informó TN, el mendocino contó que estaba en el Centro Penal de Jucuapa, donde se encontraba junto a internos que integran organizaciones mafiosas.
Allí Arias González denotó su primer acercamiento con la religión, dijo que estaba “entregado a dios” y que había comenzado a estudiar inglés. Sobre su situación en el penal, contó: “Es de cordialidad con otros detenidos, personal de seguridad y autoridades del penal”.
“Manténganse firmes en la oración. Tengo fe en que pronto voy a salir. Extraño los asados de papi, los lomitos de mami y las tortas de Agos”, les dijo a sus familiares desde El Salvador.
A su novia, por su parte, le dedicó un mensaje especial: “Te amo y te pienso cada día. Extraño los paseos que hacíamos juntos, entrenar con vos en el gimnasio y las idas al parque a tomar mate”.
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A los dos meses, el 15 de mayo, se comunicó nuevamente con su familia, en lo que hasta ahora fue el último contacto que tuvieron.
Desde la cárcel de Santa Ana, se mostró con un mejor semblante. Precisó que había “un régimen más distendido para los detenidos y manifestó que en el penal no hay cortes de agua ni de luz”.
También pidió que le envíen fotos y cartas porque las que tenía quedaron en el penal donde estaba alejado anteriormente. Además, le dijo a sus padres que está sumamente aferrado a la religión. “Sigan confiando en el señor”.
Por otra parte, le envió saludos a su mamá por el Día de las Madres en El Salvador y a su papá por el cumpleaños “Extraña a sus perritos Moro, Flor y Perla”, le dijo el cónsul a sus padres.
En ese primer mensaje, que data de mayo, también les pidió a su hermana, a su abuela, y a sus tías y primas que le cuenten novedades de sus vidas. Luego, le dedicó unas palabras a su novia: “La extraña mucho y siempre piensa en ella. Extraña a Clarita, la perra de su novia”.
El día a día en las cárceles de El Salvador
Los padres de Alejo Arias González revelaron sobre cómo es la rutina que tiene su hijo en las cárceles de El Salvador, bajo el extremo régimen que impuso el presidente Nayib Bukele donde -según contaron- deben estar vestidos siempre de blanco.
Mauricio, el papá de Alejo, contó que se despiertan a las seis de la mañana y reveló que rezan apenas se levantan. También detalló que su hijo asiste tres veces a charlas religiosas, que pidió una biblia y que ya hizo cursos de barbería y de mecánica.
“Nuestro hijo no es una persona que se quede, él es muy extrovertido, le gusta aprender cosas e informarse en cosas manuales e informáticas”, contó sobre las actividades que hace en el penal de Santa Ana.
En tal sentido, agregó: “Sé que en las cárceles no están mucho mejor que lo que pasa en los informativos. Sabemos que no los han pelado, que duermen en colchonetas en el piso y comen tres veces al día: desayuno, almuerzo y cena”.
También señaló que Alejo perdió alrededor de seis kilos desde que está preso, pero logró darse un consuelo: “Dentro de todo está comiendo bien, ahora Cancillería se está haciendo cargo de mandarle los kits de higiene, aparte de algunos productos de alimentos, algo que sea más proteico”.
“En esta última nota le enviamos un mensaje que le iban a hacer llegar este 24 julio, ahí le dijimos que tenga paciencia, que esté tranquilo y que estamos haciendo todo lo posible para liberarlo. El sabe que nosotros nos estamos moviendo, tal vez no se imagina la magnitud”, remarcó.
El pedido de los padres para reunirse con Patricia Bullrich
Los padres de Alejo Arias González enviaron dos cartas hace más de dos meses. La primera dirigida al mendocino Luis Petri, ministro de Defensa, y la segunda a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación. Hasta el momento no recibieron respuesta.
“Sé que a Luis Petri se la dieron en mano, después hablé con su hermana para consultarle y me dijo que se iba a encargar de hacerle llegar. Si recibió la carta sabe lo que vive mi hijo y que necesita ayuda”, contó Mauricio, quien vive en Mendoza, a diez cuadras de la casa de los padres del excandidato a vicepresidente.
Ambos buscan tener una audiencia con la ministra de Seguridad para tratar de acelerar el proceso judicial: “Queremos que nos consigan una audiencia con Patricia Bullrich por la relación que tiene ella con el ministro de Defensa de Bukele”.
El padre del joven juró estar dispuesto a viajar a El Salvador pese a la complejidad económica que eso le demanda, pero aclaró que primero quiere reunirse con Bullrich. Según trascendió, desde el Ministerio evaluarán los delitos que enfrenta Alejo Arias para definir qué decisión toman.
En cuanto a la situación judicial, sus familiares explicaron que ayer se cumplió la sentencia de la prisión preventiva “porque la causa está bajo investigación”. Sin embargo, aclararon: “La causa fue subrogada hasta fin de año, pero hasta 2025 no vamos a tener ningún tipo de audiencia”.
La familia está representada por Miguel Ángel Pierri, quien también representa al comisario Maciel en el caso Loan. Pero las complejidades del sistema legal de El Salvador hacen todo más difícil: “Ni él puede ejercer su título allá, ni el abogado de allá que lo representa a Alejo puede hacer algo”.
“El juez no permite ningún tipo de defensa porque no han individualizado ninguno de los 40 que detuvieron. Todos están por la misma causa, una estructura de lavado de dinero. No hubo nada que nos diera esperanza. Estamos exactamente como el mismo día del que lo detuvieron a Alejo, con la misma desesperación y angustia, porque lamentablemente no hemos podido hacer nada”, cerró Mauricio, lamentando la suerte de su hijo, que había viajado a El Salvador en busca de oportunidades y cayó en un allanamiento a una financiera para la que había comenzado a trabajar.