Uruguay atraviesa la más grave emergencia hídrica. Según han calculado las autoridades, sus reservas de agua potable podrían acabarse en un plazo de 6 a 10 días. Así lo reconoció el gobierno que, como medida sanitaria preventiva, llamó a la población a consumir agua embotellada debido a los altos niveles de sodio del líquido que se distribuye en las viviendas.
Desde el mes de mayo, el agua suministrada a Montevideo y sus alrededores ha mostrado un incremento en los niveles de cloruro y sodio, lo que afectó su calidad. Sin embargo, en la actualidad, la situación se agravó aún más, y las reservas de agua dulce se están agotando rápidamente.
Reservas en estado crítico
El gobierno estima que sólo quedan entre una semana y diez días de agua potable, a menos que se produzcan lluvias intensas, algo que no está pronosticado en el corto plazo.
Montevideo y el área metropolitana dependen principalmente de dos fuentes de agua. El embalse de Canelón Grande, que se secó por completo, y Paso Severino, que está a punto de agotarse. Según informes oficiales, en Paso Severino solo quedan 1,2 millones de metros cúbicos de agua, utilizándose 80.000 metros cúbicos por día. Esto representa un 1,7% de la capacidad total de la reserva.
Cuando estas reservas se agoten, las autoridades se verán obligadas a incrementar el suministro de agua desde fuentes cercanas al Río de la Plata, que tienen mayores niveles de salinidad y, por lo tanto, no serán aptas para el consumo humano.
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, reconoció que habrá un lapso en el que el agua no será bebible, hasta que se complete la construcción de una represa provisional que está siendo llevada a cabo por el gobierno.