Las estadísticas sobre casos de femicidio se encuentran en crecimiento y es un delito que parece haber recrudecido durante la época de cuarentena. Por ello, Radio News, en el programa que conducen Christian Sanz y Claudia Durán, se comunicó con Luisina Blanco, defensora de los derechos de las mujeres en MUMALA Mendoza (Mujeres de la Matria Latinoamericana).
“Cuando nos convocan a hablar de estos temas siempre es cuando un femicidio sucede cerca, así que en este contexto, cuando mueren mujeres cada 22 horas, es difícil decir que está bien”, inició mencionando la especialista.
Aseguró respecto de los femicidios que “hay un aumento propio de que los hogares siguen siendo el lugar más inseguro para las mujeres. Esto es porque aumenta la convivencia, sumado a la precariedad laboral, los consumos que han generado abstinencia. Son elementos que profundizan la violencia de género”.
Para dimensionar, expuso que “en estas estadísticas que hemos generado hay un 19% (de mujeres) que murieron al 15 de enero que habían realizado denuncias previas o tenían alguna medida de prevención como el botón antipánico, y sin embargo fueron víctimas de femicidio. Hay que ver cómo se aborda a ese varón agresor, porque de nada sirve tener las medidas si posteriormente no hace un tratamiento y no se toman las medidas en el momento oportuno”.
“Muchas veces la justicia no está acompañando a las mujeres a la hora de la salida de la violencia de género”, argumentó agregando que en “las estadísticas que tenemos es que el 24 por ciento de los femicidios son cometidos por personas conocidas y el 66% son cometidos por parejas, ex parejas y familiares directos de la mujer”.
En ese sentido, insistió al mencionar que “si bien hay casos de femicidio que se han cometido por personas desconocidas, la mayoría son cometidos en el círculo familiar”.
Al ser consultada sobre qué es lo que habría que cambiar para que esto deje de pasar, respondió: “Creo que por ahí estos modelos que se han empezado a hacer de abordaje al varón agresor al momento de darse una prohibición de acercamiento… que las instituciones puedan trabajar con el agresor”.
“Muchas veces influyen un montón de factores: crianza, víctimas de violencia o testigos de violencia de género, hace que para el varón sea algo natural“, consideró.
Añadió además otras medidas: “La ESI (Educación Sexual Integral) en la que efectivamente se pueda dar en todas las instituciones, porque vemos que hay un porcentaje (de femicidas) que son muy jóvenes, y la aplicación de la ley Micaela”.
También aseguró que no basta con tomar conocimiento ya que “por ahí, el uso de la virtualidad ha hecho que muchas personas hayan leído el material, pero no hizo una incorporación a conciencia del contenido de la ley”.
“Hay una realidad de que hoy se empiezan a visibilizar más los femicidios. No es que hay un aumento exponencial sino que también las caratulas han cambiado y hace que sea más visibles”, consideró Blanco.
Asimismo, mencionó que “nuestro observatorio se nutre de la información que sale en los medios digitales y formato de papel y sí, notamos el cambio que si bien es muy lento se va incorporando la perspectiva de género y se van tomando crímenes por su nombre”.
Sobre medidas de prevención del femicidio, comentó que “en particular la campaña del barbijo rojo no funcionó porque fue mediatizada y cuando estas formas de comunicación en código se difunden los varones conocen esta estrategia. Sí me parece que estas iniciativas de avanzar en proyectos de inclusión fueron significativas, porque se avanzó”.
Sin embargo destacó que hay una diferencia que se nota “más en lo que tiene que ver a lo socio- laboral y el ingreso económico, sigue siendo discrecional. Estas medidas sirvieron, pero hay que profundizarlas, y el 147 no debe usarse sólo porque la mujer está siendo abusada, porque también la ponen en una situación de vulneración”.
