Más de 300 personas fueron detenidas en Rusia durante manifestaciones no autorizadas organizadas por partidarios del líder opositor Alexey Navalny para exigir su liberación, en medio de la pandemia de coronavirus, informó una ONG.
Desde Moscú hasta Vladivostok, en el extremo este de Rusia, el equipo del activista anticorrupción, víctima de un envenenamiento hace unos meses, lanzó llamados a manifestarse contra el Gobierno en 65 ciudades rusas.
Las primeras manifestaciones tuvieron lugar en el Extremo Oriente y en Siberia, donde varios miles de personas salieron a las calles en Vladivostok, Kabarovsk, Novossibirsk y Tchita, ante un importante despliegue de policías antidisturbios.
Poco después, en Moscú, se congregaron miles de manifestantes en la céntrica plaza Pushkin, informó la agencia de noticias AFP.
“Rusia será libre”, decían los presentes, que deseaban caminar hacia el Kremlin.
Según las fuerzas del orden, había unos 4.000 manifestantes reunidos en Moscú. Los opositores no suministraron cifras.
Desde antes de que comenzara la protesta en la capital, agentes antidisturbios, desplegados en gran número, ya habían detenido a varias decenas de personas e instaban a los manifestantes a “abandonar la concentración ilegal”.
Las bolas de nieve arrojadas por algunos manifestantes contra la policía en Moscú fueron respondidas con porrazos.
Otros ciudadanos protestaban en silencio, con pancartas en las que se podía leer “No tengo miedo” o “No a la dictadura”.
En Yakutsk, al sur del Círculo polar, un centenar de personas desafió al frío extremo de -50 grados para manifestarse.
Unas 330 personas fueron detenidas en una veintena de ciudades rusas hasta primera hora de la tarde, afirmó la ONG OVD-Info, especializada en informar sobre detenciones en el contexto de manifestaciones.
Las detenciones fueron particularmente violentas en Vladivostok, puerto ruso del océano Pacífico, donde los policías antidisturbios golpearon a los manifestantes con porras, informó AFP.
La policía moscovita había advertido que iba a reprimir cualquier protesta no autorizada que considere una “amenaza para el orden público”.
El alcalde de la capital, Serguei Sobianin, denunció manifestaciones “inaceptables” en medio de una pandemia.
Miles de manifestantes pacíficos fueron detenidos durante las anteriores manifestaciones multitudinarias en Moscú, en el verano boreal de 2019.
Al igual que ocurrió aquel momento, la policía rusa detuvo esta semana, antes de las movilizaciones, a los principales aliados de Navalny, dos de los cuales fueron condenados el viernes a penas de prisión de corta duración.
Navalny, de 44 años, permanecerá detenido por lo menos hasta el 15 de febrero y tiene varios procesos judiciales pendientes. Fue detenido el domingo pasado, a su regreso de Alemania, donde pasó cinco meses de convalecencia tras su envenenamiento.
A finales de agosto se sintió muy mal durante un vuelo interno, que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Siberia e inmediatamente fue hospitalizado de urgencia en Berlín.
Él afirma que los servicios secretos rusos lo envenenaron con un agente neurotóxico por orden del presidente ruso, Vladimir Putin, que ha rechazado tajantemente la acusación.
Tres laboratorios europeos también llegaron a la conclusión de que se trató de un envenenamiento. Moscú lo niega rotundamente y denuncia un complot.
Aún sabiendo que se exponía a ir a la cárcel, Navalny decidió regresar a Rusia con su esposa el pasado domingo.
Potencias occidentales han exigido su liberación pero el Kremlin rechaza las presiones, a las que considera intromisiones en asuntos internos.