Los frentes con los que se enfrenta el gobernador Rodolfo Suarez en el marco del manejo de la pandemia del coronavirus, son diversos. Intendentes, organizaciones sociales, gremiales y referentes políticos de la oposición insisten en tomar medidas más restrictivas, sin embargo, el jefe de Estado provincial hace caso omiso.
Mientras Suarez pide no hacer política con la pandemia, es él mismo quien se encarga de enfrentarse con la oposición. Luego de quejarse por el hecho de que el presidente Alberto Fernández no oía sus reclamos, se comporta de la misma manera con los intendentes.
Así se lo hizo notar el jefe comunal de San Rafael, Emir Félix, mediante un comunicado en el que le expresó: “Señor Gobernador, en varias oportunidades usted ha reclamado con vehemencia no ser escuchado por el Gobierno Nacional. Sin embargo, se niega a escuchar a este intendente”.
Pero esto no trata de un hecho de partidismo político, no es una cuestión de estar a favor o en contra del oficialismo o la oposición, esto hace referencia a la situación social que se vive en la provincia.
El índice que el Consejo Federal de Educación dispuso para que las clases presenciales continúen, fue superado por más del doble en términos epidemiológicos en la provincia, un número con el que el director General de Escuelas, José Thomas, estuvo de acuerdo, pero ahora insiste en no cumplirlo.
Se entiende que no se pueden cerrar todos los colegios, en todos los niveles y para todos los chicos, los absolutismos nunca funcionaron, pero hay que tomar medidas y el gobernador padece sordera.
Hoy la justicia le da la razón tras el fallo de la jueza Patricia Fox, pero en el fallo de la magistrada en ningún momento se aclara estar a favor de la presencialidad, sino que la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), que es quien presentó la cautelar, no fundamentó el escrito lo suficiente para volver a la virtualidad.
Por otro lado, el justicialismo provincial le propuso al Gobierno presentar un proyecto de ley para establecer criterios epidemiológicos con los cuales se puedan tomar decisiones prolijas. “No estoy de acuerdo con legislar la situación sanitaria”, fue la respuesta que recibieron de parte de Suarez.
Ni siquiera escuchó las críticas ante las medidas restrictivas. Es que dispuso las salidas sobre la base del último número del DNI de lunes a jueves, ello no sólo no ayuda a detener los contagios sino que agrava la situación, ya que los fines de semana la gente se aglomera para realizar las compras.
Rodolfo Suarez padece de sordera, no escucha, decide sin un criterio claro y ello genera incertidumbre. Al final hay que darle la razón a puntuales referentes de la oposición que sostienen que la postura del gobernador es “caprichosa”.
Emir Félix subió la apuesta y le respondió a Suarez: «Se niega a escuchar a este intendente»
