Finalmente, luego de un inquietante paréntesis, Alberto Fernández le tomó juramento a Martín Soria como ministro de Justicia de la Nación, en reemplazo de la renunciada Marcela Losardo.
Promotor de la absurda teoría del “lawfare” y autor de frases que regocijan a Cristina Kirchner, como “Comodoro PRO”, el hombre es hijo mayor del fallecido ex gobernador de Río Negro Carlos “El Gringo” Soria, y de Susana Freydoz, condenada por haber asesinado a su esposo el 1 de enero de 2012 de un disparo.
Martín es un hombre muy cercano al mundo del espionaje, en parte por las relaciones que le heredó su padre, Carlos Soria —otrora titular de la exSIDE—, en parte por los contactos de su propio hermano Germán, quien reporta actualmente a la “renovada” AFI.
Oportunamente, cuando era titular de esa misma agencia, Oscar Parrilli lo nombró como “delegado” en España, aún cuando no conocía nada del mundo del espionaje. Solo a los efectos de desplazar a la novia de Stiuso, que había sido nombrada en el mismo cargo en 2006.
En esos días, Néstor Kirchner y “Jaime” se llevaban muy bien. De hecho, este último solía “regalarle” puntuales carpetas al entonces presidente conteniendo información clasificada referida a sus principales enemigos. El caso más emblemático fue el de Francisco De Narváez.
Luego llegó el enfrentamiento con Cristina y la eyección de Stiuso de la AFI.
No obstatnte, el hermano de Soria sobreviviódurante la época de Cambiemos en el area de “Análisis”, donde continuó llevándole información a su hermano. De la cual se nutre hasta el día de hoy.
Es curioso, porque el propio Alberto Fernández aseguró en su discurso de asunción como presidente que uno de los ejes de su política como jefe de Estado sería la de desvincular el Poder Judicial del mundo de los espías. Un vínculo perverso, ciertamente.
Ello denota que Soria es un tipo de suerte, porque nadie lo ha objetado al respecto. De hecho, el ahora flamante ministro fue sobreseído hace pocas semanas en una causa judicial.
Estaba imputado por el cobro de ”aportes voluntarios” a funcionarios del Gabinete municipal por 450 mil dólares durante su paso por la intendencia de General Roca.
Soria se convirtió en intendente de esa localidad en diciembre de 2011 y, en 2019, tras un fallido intento de ser gobernador de Río Negro, enrocó en el cargo con su hermana María Emilia Soria: ella se convirtió en intendenta y él en diputado.
En su ingreso a la Cámara de Diputados Soria estrechó sus vínculos con el kirchnerismo, sector con el que jugó su hermana durante los cuatro años de gestión del ex presidente Mauricio Macri, destinatario de sus críticas más afiladas.
Como miembro de las comisiones de Justicia, de Legislación Penal y de Asuntos Constitucionales, Soria supo apuntar su discurso contra el Poder Judicial y particularmente contra su accionar durante a la gestión de Macri.
Justo lo que buscaba Cristina, quien resultó ganadora una vez más en el perverso ajedrez que disputa a diario con Alberto Fernández.
Martín Soria ya es oficialmente el nuevo ministro de Justicia de la Nación