El prontuario de Ginés, la denuncia que viene y la alegría de Hugo Sigman

No solo hay que ser honesto, sino también parecerlo.

El escándalo de la “vacunación VIP” expuso lo obvio: que no todos somos iguales ante la ley.

Estamos aquellos que debemos hacer fila para avanzar en cualquier tipo de trámite, y están aquellos bendecidos que solo deben levantar un teléfono para lograr lo mismo.

Lo reveló el mismísimo Horacio Verbitsky este viernes, quien contó con lujo de detalles que logró vacunarse contra el coronavirus con un simple llamado de Ginés González García.

Curioso dato, sobre todo para aquellos que ni siquiera tenemos el número del ministro de Salud (Perdón, ahora “ex” ministro).

Lo que hizo Alberto Fernández estuvo correcto, al pedirle la renuncia. Sin embargo, fue una pulsión tardía. Ya Ginés se había mandado un millón de pifies a lo largo de 2020, en el contexto del avance de la pandemia del Covid-19.

Aquél era el momento de eyectarlo de su cargo, antes de que se mandara sus peores trapisondas. Incluida la de la vacunación VIP. O “vacunación de amigos”. Donde no faltaron Hugo Moyano, su esposa y su hijo.

Incluso podría haberse evitado todo ello al haber nombrado a alguien más en el puesto que terminó ocupando Ginés. Bastaba recordar sus viejos escándalos de 2007, cuando hizo millonarios negocios sobre la base de la aprobación de los remedios genéricos.

Dicen los que saben que ahora mismo está festejando el polémico empresario Hugo Sigman ante la posibilidad de que Carla Vizzotti quede a cargo del Ministerio de Salud. Pocos saben que la mujer supo ser gerenta de una de sus empresas. Y los vínculos entre ambos jamás se rompieron. Negocios son negocios, dicen.

Otro que festeja de Juan Manzur, gobernador de Tucumán. Por motivos similares. Proyecta junto a su exministro de Salud, Pablo Yedlin, los negocios por venir.

Pero Cristina Kirchner tiene otros planes: quiere poner en esa cartera a Nicolás Kreplak, viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires. O, en su defecto, a Daniel Gollán, su superior.

Por ahora, todo transcurre frenéticamente. Pero es cuestión de horas para que las piezas del rompecabezas se vayan acomodando. Allí se verá quién manda finalmente.

Entretanto, Verbitsky quedó tan salpicado como Ginés. Con la obvia salvedad: no es funcionario del gobierno de Alberto. O tal vez sí: dicen en el seno del oficialismo que es un “ministro sin cartera” del kirchnerismo.

Ya mismo le tocó perder, por partida doble: el CELS que él mismo preside con orgullo se ha despegado de su polémico accionar. A su vez, fue echado del programa de radio donde participaba como columnista. Allí donde, paradójicamente, contó la “primicia” de la vacunación VIP.

Entretanto, un mediático abogado analiza presentar una denuncia penal contra Ginés por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

Si ello ocurre, nadie del gobierno le dará una mano al malogrado ministro de Salud. Por un motivo bien simple: en un año electoral, nada puede dejarse librado al azar.

Es una regla “no escrita” de la política.

Alberto Fernández le pidió la renuncia a Ginés González García por el «vacunatorio VIP»

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