La Policía de Investigaciones detuvo horas atrás a dos barrabravas de Newell’s, que fueron acusados de amenazar al jugador de la Selección Argentina, Ángel Di María.
Las intimidaciones ocurrieron a finales de marzo, en la propiedad que el ex futbolista de Rosario Central tiene en el barrio privado Miraflores, en la ciudad de Funes.
Alejandro “Rengo” Ficadenti y Sergio “Bebe” Di Vanni son los barras detenidos por los efectivos policiales de Investigaciones en la zona oeste de Rosario.
Además, en una de las casas allanadas también fue demorado Marcelo “Colo” Rubattino, otro presunto integrante de la facción de la barra. Allí los uniformados incautaron 2 millones y medio de pesos y tres teléfonos.
Por su parte, también fueron allanados siete domicilios de las personas mencionadas en los que detectaron, entre otras cosas, $17.598.000 y celulares.
Las detenciones se concretaron días después que se conociera que Di María no retornará a Rosario Central por temor a estas amenazas. Así lo confirmó el lunes Gonzalo Belloso, presidente de la entidad Canalla.
“La vuelta de Angelito es o fue un sueño para todos los hinchas de Central. A lo largo de este último año, creció la idea de que él venía, fuimos haciendo muchas cosas en conjunto y creíamos que estábamos en un gran momento para recibirlo. Nos informó del hecho de las amenazas que comenzó a poner en duda la posibilidad de venir, que no se sentía seguro y que iba a tomar una decisión una vez terminada la Copa América”, declaró en los micrófonos de Radio 2.
“El sábado me dijo que no va a volver al club porque no siente las garantías de seguridad ni para él ni su familia. Nos duele porque lo queríamos y respetamos muchísimo su decisión. Es un caso cerrado”, agregó el directivo y concluyó: “No pidió jugar cuatro meses ni dos años. Este último tiempo pensó en regresar pero no se convencieron de eso. Nosotros pudimos contarle nuestras propias experiencias, tuvimos amenazas de todo tipo, verbales, críticas en mi casa, en lo de mi suegro, en lo de mi mamá. No quiere decir que todo el mundo tiene que hacer como yo”.