¿Qué cosas se hicieron bien en la URSS?

GUEÓRGUI MANÁEV

Hoy en día muchos olvidan que la Unión Soviética estaba a la vanguardia en varios ámbitos de la vida.

1. Vacaciones y organización del tiempo de trabajo

Valentín Kunov/TASS

Incluso antes de la formación de la URSS, la primitiva república soviética rusa se convirtió en líder mundial en cuanto a la regulación del tiempo de trabajo y las vacaciones. El Decreto del 14 de junio de 1918 del Consejo de Comisarios del Pueblo “sobre las vacaciones”’ estableció unas vacaciones anuales de dos semanas para todos los trabajadores. Y lo que es más importante, los trabajadores seguían cobrando. Mientras tanto, en Europa, no todos los países tenían vacaciones pagadas reguladas por el Estado para sus trabajadores. El Convenio de la Organización Internacional del Trabajo de 1936 “Sobre las vacaciones pagadas” solamente proponía unas vacaciones anuales de seis días.

El Código del Trabajo de 1918 establecía una estricta jornada laboral de ocho horas y una semana laboral de 48 horas con un día festivo semanal. Según el Código Laboral de 1922, todos los trabajadores que trabajaban de forma continua durante al menos seis meses tenían garantizadas dos semanas de vacaciones. Las horas extras debían pagarse el doble, y el total de horas extras no podía superar las 120 horas al año. En aquella época, estas eran las garantías más amplias de tiempo de descanso que existían, y de las que no disfrutaban los empleados de ningún país occidental.

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Y aunque inmediatamente después del decreto de 1918 y del Código Laboral de 1922 no se cumplieron todas estas normas, se mantuvieron y mejoraron en la legislación laboral posterior. En 1936, el derecho a las vacaciones y a los días festivos quedó garantizado por la Constitución de la URSS. El Estado soviético necesitaba que sus trabajadores registrados oficialmente gozaran de una salud (relativamente) buena, además de poseer un sentimiento de seguridad y, sobre todo, de dependencia de sus lugares de trabajo.

2. Derechos de las mujeres

“Soldadora Liuba Tsyganok”. La foto tomada durante la construcción de la central hidroeléctrica de Kiev (1964-1968). Mijaíl Kuleshov/Sputnik

Los primeros bolcheviques trataron de igualar los derechos de hombres y mujeres en su nuevo Estado. En 1918, según la nueva legislación, las mujeres soviéticas tenían formalmente el derecho a elegir su ocupación, lugar de residencia, obtener educación, casarse y divorciarse, y tener el mismo salario que los hombres trabajadores. El Código Laboral de 1918 también prohibía las horas extras para las mujeres y les concedía vacaciones pagadas durante dos meses antes y después del parto. Para las madres lactantes, se instituyeron pausas laborales regulares, lo que era crucial para un país en el que se ponía a trabajar a masas de madres lactantes, en el campo o en las industrias.

La Constitución de la URSS de 1936 garantizaba a las mujeres la igualdad de derechos “en todos los ámbitos de la vida económica, estatal y sociopolítica”. Esto significaba que las mujeres tenían derecho a votar y a ser elegidas, es decir, podían convertirse en políticas soviéticas. En los soviets de diputados populares, hasta el 50% de los miembros eran mujeres (sin embargo, estos soviets eran órganos políticos inferiores que sólo aprobaban formalmente las decisiones del Partido Comunista). El Estado también ofrecía asistencia a las madres de hijos múltiples, a las embarazadas y a las madres jóvenes. Sin embargo, en 1936 se prohibieron los abortos en la URSS, una medida controvertida empleada por el Estado en un momento de crisis demográfica. Los índices de abortos inseguros aumentaron, junto con las tasas de mortalidad materna, y la práctica se legalizó de nuevo en 1955.

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En 1967 se introdujeron las pensiones alimenticias para las mujeres que se divorciaban de sus maridos: un mínimo del 25% de la familia que dejaba; y en 1968 le siguieron los permisos pagados por embarazo y parto, así como la “paga por hijo” para las madres solteras y las divorciadas. Lo que es muy importante es que todas estas leyes se aplicaron a la población femenina de todas las repúblicas soviéticas, incluidos los territorios de Asia Central, el Cáucaso Norte, Siberia y el Lejano Oriente, donde, en sociedades mayoritariamente tradicionales, las mujeres tenían muchos menos derechos y oportunidades que las de la región de Rusia Central. Pero con la formación de la URSS, todas las mujeres obtuvieron la igualdad de derechos.

3. Asistencia sanitaria gratuita

Pediatra en un pueblo ruso.
Pediatra en un pueblo ruso. Dmitri Baltermants/MAMM/MDF/russiainphoto.ru

En este sistema, un sistema jerárquico de instituciones estatales bajo el control del Ministerio de Sanidad y financiados con el presupuesto nacional brinda los servicios médicos necesarios.  Para los ciudadanos del país, los servicios médicos son iguales y gratuitos, con especial énfasis en la higiene social y la prevención de enfermedades infecciosas. Este sistema se convirtió en el primer sistema sanitario nacional del mundo, y fue estudiado y tomado en préstamo por Suecia, Irlanda, Gran Bretaña, Dinamarca, Italia y otros países.

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Este sistema no permitía las prácticas médicas privadas. Todos los médicos eran empleados del Estado y todas las instituciones médicas se organizaban jerárquica y geográficamente. El territorio del país se dividía en distritos, con hospitales ambulatorios y médicos locales asignados a cada uno de ellos. Estos médicos eran especialistas de amplio espectro capaces de tratar la mayoría de las enfermedades comunes, mientras que los casos más complicados se derivaban a los hospitales regionales.

Una vez más, todos estos cambios positivos surtieron efecto en todas las regiones del país, y aunque la industria médica soviética tenía grandes problemas de abastecimiento, la disponibilidad de ayuda médica gratuita para todos los ciudadanos fue un gran hito en la historia de la URSS.

4. Acceso a la educación

Escuela en Almaty, RSS de Kazajistán
Escuela en Almaty, RSS de Kazajistán Iósif Budnevich/TASS

Lo mismo puede decirse de la educación de masas en la URSS. Cuando los bolcheviques tomaron el poder en 1917, Rusia era en gran medida un país analfabeto. Solo sabía leer un 25% de la población, mientras que en Siberia, solo el 10-15% de la gente tenía algún tipo de educación, y en Asia Central más del 97% de la gente no sabía escribir ni leer.

Los gastos en educación se dispararon, llegando a suponer el 13% del presupuesto de la URSS – aparentemente, era crucial para construir un estado industrializado. Entre 1917 y 1927, más de 10 millones de personas aprendieron a leer y escribir. En 1926, cerca del 80% de la población urbana sabía leer y escribir. También se desarrollaron escuelas e instituciones educativas nacionales.

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Durante las primeras décadas después de la Revolución, se crearon códigos escritos para docenas de pueblos que antes no escribían (abazinos, lakos, nogais, tuvanos, adigueos, etc.). Por primera vez en la historia, los niños de decenas de nacionalidades recibieron libros de texto en su lengua materna. En diciembre de 1922 se creó una editorial especializada que produjo libros de texto en tártaro, chuvash, kirguís, adiguesio y otras lenguas. El ruso también se enseñaba en las escuelas nacionales como lengua universal de la URSS.

En la década de 1930 entró en vigor la política de educación obligatoria masiva, pero su desarrollo se vio obstaculizado por la Segunda Guerra Mundial. La educación universal de siete años se introdujo en la URSS en 1949. A finales de los años 50, la población del país estaba alfabetizada y había más de 100 centros de enseñanza superior en diferentes áreas de la ciencia. En 1958 se introdujo la enseñanza secundaria completa de diez años. En 1975 había 856 centros de enseñanza superior en la URSS (incluidas 65 universidades), en los que estudiaban más de 4,9 millones de personas, y este número seguía creciendo.

La URSS puso la educación primaria y secundaria, así como la carrera científica, al alcance de cualquiera de sus ciudadanos.

5. Construcción masiva de viviendas

Construcción de una casa en forma de círculo en la calle Nezhinskaya, Moscú.
Construcción de una casa en forma de círculo en la calle Nezhinskaya, Moscú. Vasili Egorov/TASS

El 80% de la población del Imperio Ruso vivía en el campo. Con la formación del Estado soviético y la industrialización de la economía, un gran número de personas emigró a las ciudades. Pero después de la Primera Guerra Mundial y la guerra civil en Rusia (1918-23), la construcción de viviendas era imposible, así que al principio, los bolcheviques emplearon la uplotnenie (‘compactación’): las familias que vivían en apartamentos con más de 9 metros cuadrados disponibles por persona, fueron obligadas a aceptar nuevos inquilinos en sus apartamentos. Por lo general, las antiguas clases acomodadas (antigua nobleza, comerciantes, gente adinerada de la ciudad) tenían que compartir sus pisos con familias de clase trabajadora.

La construcción de viviendas comenzó en los años 20 en las grandes ciudades, pero una gran parte de la población urbana seguía viviendo en barracones, refugios excavados y, en el mejor de los casos, en pisos comunales. En 1924, la superficie media por habitante urbano era de 5,8 metros cuadrados, mientras que en algunas zonas industriales la situación era tan grave que una persona apenas disponía de 1,5 metros cuadrados como vivienda. En 1927 se construyeron más de 12 millones de metros cuadrados de nuevas viviendas, pero no se resolvió el problema en un país que se urbanizaba rápidamente con más de 140 millones de ciudadanos. La situación no hizo más que empeorar durante los años 30 y hacia la Segunda Guerra Mundial. El problema de la vivienda solo se resolvió bajo el mandato de Nikita Jruschov.

Un apartamento soviético.
Un apartamento soviético. Borís Babanov/Sputnik

En 1946-1952 (justo después de la guerra) se restauraron o construyeron 78 millones de metros cuadrados de viviendas y 45 millones de casas individuales. El 20º Congreso del Partido Comunista en 1956 ordenó encontrar una solución en 20 años, y así comenzó la construcción masiva de las llamadas jriushchiovkas, los edificios de apartamentos tipo panel.

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Las primeras jriushchiovkas, diseñadas por el ingeniero Vitaliy Lagutenko, podían construirse en sólo 12 días. Eran edificios de cinco plantas que tenían apartamentos de una, dos y tres habitaciones, 80 en total. Aunque estos edificios de apartamentos tenían muchos inconvenientes (techos bajos, cocinas y baños pequeños, mal aislamiento térmico), la oportunidad de que una familia soviética viviera en un apartamento independiente no tenía precio.

De 1956 a 1963, el parque nacional de viviendas creció casi el doble: de 640 a 1.184 millones de metros cuadrados. En ese periodo se construyeron más viviendas en la URSS que en los 40 años anteriores. La crisis de la vivienda aún no se había resuelto del todo: había apartamentos comunales, dormitorios y otras formas de convivencia, pero desde los años 70, la mayoría de la población vivía en apartamentos individuales, alquilados por el Estado. Más tarde, durante los años postsoviéticos, la mayor parte del fondo de viviendas ocupadas fue privatizado por los rusos y se convirtió en su propiedad privada.

Este es un artículo republicado de Russia Beyond. Acá podés leer el texto original.

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