Sabido es que la elección de Qatar para ser el país de anfitrión de la Copa del Mundo 2022 recibió duras críticas desde que salió a la luz. Algunas de ellas tuvieron que ver con el impacto ecológico del Golfo, otras fueron sobre las irregularidades en las construcciones de los estadios, y también se criticó mucho algunos otros aspectos culturales que atentan contra los derechos humanos.
A raíz de esto, Francia, último campeón mundial, tomó la drástica decisión de boicotear la organización del torneo en el país qatarí. Siete ciudades francesas, París incluida, han decidido que no transmitirán los partidos en pantallas gigantes. “Comprometidos con los valores de compartir, la solidaridad en el deporte y la construcción de un lugar más sostenible, no podemos contribuir a la promoción del Mundial de 2022 en Qatar, que se ha convertido en un desastre humano y ambiental”, indicaron mediante un comunicado publicado por la ciudad de Marsella adhiriéndose a la causa.
Otro que se refirió al respecto fue el alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic, que justificó el acompañamiento de la medida argumentando que, de lo contrario, “se hubiera sentido cómplice”. Por otra parte, el diario Le Quotidien anunció días atrás que no publicará información relacionada a la cita ecuménica como protesta por los “ataques intolerables a la dignidad, a las libertades humanas, a las minorías y al planeta” en el país anfitrión.
Cabe destacar que Francia no es el único país que decidió manifestar abiertamente su desaprobación por el país organizador. Dinamarca presentó las camisetas que usará durante el transcurso de la Copa del Mundo junto con la frase: “No queremos ser visibles durante un torneo que ha costado la vida a miles de personas“. En las indumentarias no se llega a observar del todo el escudo de la Federación Danesa de Fútbol y la casaca suplente es negra, en señal de luto.