Un nuevo proyecto de ley llegó a la Cámara de Senadores. En este caso, complementa a la actual Ley de Trasplante de Órganos, también conocida como Ley Justina (N°27.447).
La misma establece que todas las personas mayores de 18 años son donantes de órganos, salvo que expresen lo contrario. En el caso de los menores, son los padres o los responsables quienes deciden qué hacer con los órganos del pequeño/a.
Ahora bien, siempre se suele hablar de la persona que va a ser trasplantada pero muy poco del que dona. Por eso, surgió una iniciativa para darles derechos esenciales a los donantes vivos.
Con el proyecto de ley que ya llegó al senado, buscan que el paciente tenga la correspondiente atención médica y contención en el post operatorio. Además, piden que haya comprensión en el ámbito laboral para que puedan realizar el reposo que sea necesario.
Hace tres años, Gabriela Capó le donó un riñón a su pareja. Actualmente es coach ontológico y trabaja en el sistema de trasplante. Junto a varios médicos y a Ezequiel Lo Cane (papá de Justina), le ha dado forma a este proyecto.
“Me ha tocado ver casos de un padre que le tiene que donar un riñón a su hijo. Es compatible, pero resulta que ese papá es un independiente monotributista, no recibe ningún beneficio y no puede dejar de trabajar para poder donar”, expresó en diálogo con News Online. Y sostuvo que es muy importante que los empleadores tengan en cuenta estas situaciones y le den al empleado el tiempo que necesiten para recuperarse de la cirugía.
Otra cuestión a tener en cuenta es que los donantes vivos deben realizarse estudios periódicamente una vez que pasaron por esta cirugía de alta complejidad, por lo que también es esencial que cuenten con un acompañamiento adecuado.
Sin embargo, según explicó Gabriela, a veces las obras sociales no tienen médicos que se dedican específicamente a atender estas patologías. Además, suele pasar que algunas prepagas no cubren los tratamientos post operatorios que debe hacerse el donante.
“Esta ley no quiere un lucro para el donante ni un comercio de órganos. Esta ley lo que quiere es proteger al donante vivo bajo el amparo de nuestra legislación, que se lo reconozca como tal y que tenga los derechos mínimos por el acto inmenso de amor que realizan”, dijo Capó.
Desde el proyecto sostienen que “muchas personas más serían donantes en vida, con una estructura de sostén prevista desde la ley, regulada y operativa”.
Gabriela afirmó que “la necesidad de donaciones es muy grande” y que “los pacientes que necesitan riñón a veces sufren espera de años para conseguir un donante”.
Para darse una idea, al 1 de diciembre de 2022 hay 9.623 personas en espera de algún órgano o tejido.