El Gobierno nacional tendrá que recurrir a nuevos refuerzos presupuestarios para hacerle frente a los programas sociales, sobre todo para los que se consumieron en la primera parte del año casi todo el monto estipulado.
De acuerdo al último informe de ejecución presupuestaria, se conoció que el incremento real del gasto en los primeros cinco meses de 2022, llegó a 13,1% más que en 2021.
En tal sentido, el análisis arrojó que las prestaciones sociales subieron en su conjunto 10,7% interanual -siempre en términos reales-, con un avance de las jubilaciones de 7,7% y de 17% las asignaciones familiares mientras los programas sociales lo hicieron a una velocidad mucho mayor, con una suba del 22,8% respecto al año pasado.
Entre esos programas sociales no se tienen en cuenta la Asignación Universal por Hijo ni la Asignación por Embarazo (AUE) ni la ayuda escolar, todos ellos con fórmula de ajuste automático por ley, sino que se destacan el Potenciar Trabajo, la tarjeta Alimentar o las Becas Progresar.
De acuerdo a una publicación de Infobae, los mencionados programas hasta el mes pasado más de la mitad del monto asignado para todo el año, 56,3% del crédito vigente de acuerdo a la terminología presupuestaria.
Por ejemplo, el crédito de las becas Progresar está casi agotado, habiendo ya consumido 81,6% de lo calculado mientras que el Potenciar Trabajo ya gastó 65,3% de la partida, con un incremento de 60% respecto del año pasado. Es por esto que la OPC afirmó que “requerirán de refuerzos presupuestarios para continuar con el ritmo de ejecución de los primeros 5 meses del año”.
En total, el monto llega a cerca de $781.390 millones, de los que se llevan gastados el 56% y, a contramano de lo que podría esperarse en el contexto de fuerte deterioro social determinado en gran medida por la fuerte suba del precio de los alimentos, el gasto en los planes destinados a políticas alimentarias tuvo un avance de ejecución más lento que el resto, con un gasto de 53% del crédito total.
Cabe destacar que, lo que aceleró el gasto del rubro fue la primera cuota de $9.000 del plan de refuerzos de ingresos anunciado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para trabajadores informales. Ese mes se devengará la segunda cuota, lo que una vez más tendrá impacto en las planillas y, seguramente, también en la calle.
En cualquiera de los casos, el gasto subió por encima de la inflación en prácticamente todos los rubros. Previsiblemente, los subsidios energéticos conforman la categoría más saliente, con un aumento real de 49,4%, seguidos de las transferencias a provincias (23%), los programas sociales y las asignaciones familiares. Los gastos en subsidios al transporte y en personal, en tanto, lo hicieron a un ritmo de 13%. Sólo tres rubros de todo el listado de gastos del Estado nacional registraron una variación negativa: el rubro bienes y servicios, que acusó una baja de 4% dado el menor gasto en covid por vacunas y su traslado, la inversión financiera, con una reducción de 11% por un menor aporte a Aerolíneas Argentinas y la reducción de otros subsidios, algunos de ellos también vinculados a la asistencia económica al sector privado por el covid como el sistema de garantías del FoGar, que se redujo 69%, y 26% menos de subsidios a Aysa y el Correo Argentino.