Desde la Comisión Independiente, que lleva adelante la investigación desde el año 2021, anunciaron este lunes que al menos 4.815 menores fueron abusados desde 1950 a la fecha. Tras escuchar a cientos de víctimas, concluyeron que sólo 25 de las acusaciones podían ser enviadas a las autoridades judiciales. Esto se debe a que la mayoría de los crímenes denunciados ya prescribieron.
“Estos testimonios nos permiten establecer una red de víctimas mucho más amplia, de 4.815 hasta ahora”, declaró el coordinador y psiquiatra infantil Pedro Strecht, en una rueda de prensa en Lisboa. Agregó que “la mayoría de las víctimas fueron abusadas más de una vez”.
Altos cargos de la Iglesia portuguesa habían dicho anteriormente que se produjeron apenas un puñado de casos.
Por su parte, el informe final de la Comisión Independiente para el Estudio de los Abusos a Menores en la Iglesia Católica expuso que la mayoría de los abusadores eran hombres (96%) y sacerdotes (alrededor del 70%), y que ocurrieron en seminarios, centros de acogida, escuelas e instituciones deportivas. Los delitos, registrados en todo el país, tuvo una especial incidencia en Lisboa, Oporto y Braga.
La media de edad de las víctimas superaba los 11 años, siendo en su mayoría niños que terminaron por apartarse de la comunidad.
A finales de mes, la comisión decidió enviar a los obispos una lista de presuntos abusadores que siguen activos en el oficio. El informe incluye, además, un anexo confidencial de todos los nombres de los denunciados que se enviará a la Conferencia Episcopal Portuguesa y a la Policía.
“Los testimonios son emocionalmente muy intensos y deben servir para acabar con una larga noche de silencio, vergüenza, miedo y culpa”, sentenció Strecht.
Autoridades de la comisión reclamaron acción de la Justicia, atención psicológica para las víctimas y suspensión de la prescripción del delito durante 30 años.
Obispos portugueses se reunirán en marzo para estudiar el informe y “erradicar en la medida de lo posible esta lacra de la vida de la Iglesia”, declaró recientemente el secretario de la Conferencia Episcopal, el padre Manuel Barbosa.