En una medida que ha generado debate y controversia, los senadores y diputados nacionales aprobaron un incremento en sus dietas del 6,5%, dividido en dos tramos: un 3,5% desde el 1° de julio y el 3% restante desde el 1 de agosto.
La decisión fue tomada por la Comisión Negociadora Paritaria del Congreso, que reúne a los representantes sindicales de los trabajadores y a las autoridades de ambas cámaras legislativas.
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El impacto de este aumento es particularmente significativo para los senadores nacionales, cuyos ingresos están directamente vinculados a los incrementos salariales aprobados. Como resultado de esta medida, las dietas en bruto de los senadores alcanzarán los nueve millones de pesos, lo que ha suscitado diversas reacciones tanto dentro como fuera del ámbito político.
La resolución que oficializa este incremento lleva la firma de importantes autoridades del Senado y la Cámara de Diputados. Entre los firmantes se encuentran María Laura Izzo, secretaria administrativa del Senado, y Agustín Giustinian, secretario parlamentario. Por parte de la Cámara de Diputados, la resolución fue suscrita por Laura Oriolo, secretaria administrativa, y Diego Molina Gómez, secretario general.
Diferencias en la Cámara de Diputados
En la Cámara de Diputados, la situación es diferente. A diferencia del Senado, los diputados no verán un impacto significativo en sus dietas, ya que Martín Menem, quien encabeza la Cámara baja, decidió no vincular el aumento de las dietas legislativas con los incrementos salariales de los trabajadores.
