El profesor y sindicalista de izquierda, Pedro Castillo, asumió hoy como presidente del Perú para el período 2021-2026, en una ceremonia que se desarrolla en el Congreso y que coincide con el Bicentenario de la proclamación de la República, en medio de gran expectativa y polarización en el país.
“Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución”, dijo Castillo, un docente rural y sindicalista de izquierda de 51 años, cuando la presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, le tomó el juramento y, de inmediato, le fue colocada la banda presidencial.
Vestido con un traje sobrio con cierre y detalles de diseños de ropa autóctona de su región y su tradicional sombrero blanco, el mandatario electo, que derrotó en segunda vuelta el 6 de junio a la líder de derecha Keiko Fujimori, por un 50,1% contra un 49,9%, asumió el cargo y, acto seguido, lo hizo su vicepresidenta, Dina Boluarte.
El próximo paso es el más esperado de la jornada: su discurso inaugural, que servirá para medir si Castillo gobernará con el plan de izquierda con que compitió en primera vuelta, o si optará por el más moderado que asumió para el balotaje.
Ahora | Mensaje a la Nación del presidente de la República, @PedroCastilloTe.#AsunciónPresidenteCastillo
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Castillo, de 51 años, había llegado acompañado de una delegación multipartidista del Congreso, que fue hasta el palacio Torre Tagle, sede de la Cancillería, para invitarlo formalmente a tomar parte de la ceremonia, tal como estipula el protocolo.
En ese segundo acto oficial de la jornada, fue condecorado con las órdenes nacionales.
En la sede del Congreso, hacía rato lo esperaba Boluarte y la familia del flamante presidente.
Minutos antes de la asunción, el ahora expresidente Francisco Sagasti se despidió de los mandatarios de América Latina que participan de la toma de posesión -“Hasta la próxima, en segundos entregó la banda, y vuelvo a ser un ciudadano”- y luego entregó la banda presidencial en la puerta del Congreso. No ingresó al pleno ni participó de la ceremonia, como sí hicieron muchos de sus antecesores.
Rápidamente Alva, la flamante titular del Congreso y dirigente opositora, se colocó la banda allí mismo.
Los actos oficiales de hoy, que se iniciaron con un tedeum celebrado en la Catedral por el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, coinciden con el Bicentenario de la proclamación de la independencia de Perú por parte del Libertador argentino José de San Martín.
A la medianoche, Lima, que paradójicamente entró a esa misma hora en toque de queda en el marco de la lucha contra la pandemia de Covid 19, se llenó en diversos barrios de fuegos artificiales, en recuerdo de la proclamación, consolidada tres años más tarde con el triunfo sobre los españoles en la batalla del departamento andino de Ayacucho.
La unanimidad en la celebración del Bicentenario contrasta con la evidente división derivada de la hostilidad entre Castillo y Fujimori y de los frustrados intentos de ésta por desconocer la legitimidad del triunfo del profesor de escuela rural, un hombre de modesto origen que ha vivido siempre en su pequeño caserío natal de Puña, en los Andes norteños.
A la investidura asistieron como invitados el rey Felipe de España, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Sebastián Piñera, y Ecuador, Guillermo Lasso, y el expresidente boliviano Evo Morales, entre otros.
Castillo, quien tiene su gran base de respaldo popular en los Andes de Perú, en contraste con la hostilidad de Lima, repetirá mañana su juramento en forma simbólica en la zona de Ayacucho en que se libró la célebre batalla definitiva en diciembre de 1824.
Hoy la Secretaria de Comunicación Estratégica y Prensa de la Presidencia entrante informó que también en Ayacucho jurará en el cargo mañana el presidente del Consejo de Ministros, mientras que recién al día siguiente, de vuelta en Lima, harán lo propios los ministros del gabinete.
Originalmente, todos iban a asumir esta tarde. No se informó la razón para la postergación, pero según fuentes periodísticas, Castillo está tratando de equilibrar las elecciones de funcionarios para que el resultado sea un gabinete satisfactorio para los intereses, tanto de sus simpatizantes desde la primera vuelta electoral hasta sus quienes se convirtieron en sus aliados en la segunda.
Aún no se conocen los nombres de ninguno de estos futuros miembros del Gobierno de Castillo.