No es la primera vez que el Gobierno toma decisiones complejas, en tiempos por demás agitados.
Y si bien esta vez, todo se complejiza aun más por las elecciones del 12 de septiembre, una polémica medida volvió a elevar más el descontento de gran parte de la sociedad.
El último martes se conoció que la gestión nacional, encabezada por Alberto Fernández, decidió extender las trabas a las exportaciones de la carne en el país.
Antes de la que medida fuera oficializada, la dirigencia rural ya estaba al tanto de la cuestión, y empezaba a dar muestras de que la tensión iría en aumento. Y así fue.
Una vez que el decreto fue publicado en el Boletín Oficial, la Mesa de Enlace empezó a delinear estrategias a plasmar después de las elecciones, cosa de que “no digan que son medidas políticas”, avisaron desde el sector productivo.
Las contiendas entre el Gobierno nacional y el campo no son de ahora, los antecedentes datan desde hace mucho. Durante la pandemia, la relación se endureció y el descontento se hizo notar.
Con solo mirar un poco hacía atrás, vuelven a encontrarse las crónicas de lo que dejó la masiva protesta en San Nicolás, donde confluyeron productores, comerciantes y empresarios de diversos rubros.
Obviamente, la oposición entró en escena en aquel entonces, y buscó “engancharse” de la iniciativa propuesta por productores autoconvocados que se quejaron por el cepo a la carne, entre otras medidas.
Si bien los escenarios son completamente distintos, las idas y vueltas de los últimos días trajo a la memoria la recordada crisis política y económica en torno a la Resolución 125, la polémica iniciativa impulsada por Cristina Fernández de Kirchner que buscaba la aplicación de un sistema de retenciones móviles a la soja.
Aquella decisión fue ideada por el entonces ministro de Economía Martín Lousteau, y contó con el apoyo del secretario de Comercio Guillermo Moreno.
Tras las horas agitadas de ese momento, la historia terminó el 17 de junio de 2008 con el recordado “voto no positivo” del ex Vicepresidente de la Nación, Julio Cobos.
Tal cual se destacó anteriormente, los tiempos son otros y el escenario es distinto, aunque el ánimo pareciera ser el mismo.
El hartazgo de la gente se nota cada vez más, y dar pasos en falso a horas de las elecciones, suele pagarse caro.
