El presidente Alberto Fernández compartió un encuentro privado con el Papa Francisco en el Estudio privado del Aula Paulo VI del Palacio del Santo Oficio, en Ciudad del Vaticano, donde hablaron sobre el impacto de la pandemia de coronavirus, la crisis económica y la lucha contra la pobreza.
El mandatario argentino fue recibido en la Santa Sede por autoridades y por un cordón de honor de la Guardia Suiza, que se encarga de la seguridad del Papa y se trató de su cuarta y última escala de la gira europea por la que ya visitó Portugal, España y Francia.
Según se informó, la reunión se llevó a cabo a las 5.00 (hora de Argentina), duró alrededor de 25 minutos: previamente, el Sumo Pontífice había saludado y conversado con todos los miembros de la comitiva.
Además del poco tiempo que duró la reunión -menos que la anterior- llamó la atención no solo la numerosa comitiva argentina que acompañó a Alberto y que estuvo junto al Papa Francisco, sino también la falta total de barbijos, distanciamiento o cualquier otro protocolo covid-19.
Esto indica que antes de ingresar a la Santa Sede, el Presidente y todos sus acompañantes fueron testeados.
De qué hablaron
Durante las conversaciones con los diferentes miembros del Vaticano, “se expresó el aprecio por las buenas relaciones bilaterales existentes y la intención de desarrollar aún más la cooperación en los ámbitos de interés mutuo”, señaló un comunicado de prensa del Estado papal.
“También se habló de la situación del país, con especial referencia a algunas problemáticas como la gestión de la emergencia pandémica, la crisis económica y financiera y la lucha contra la pobreza, señalando, en este contexto, la contribución significativa que la Iglesia católica ha ofrecido y sigue asegurando. Por último, se abordaron algunos temas regionales e internacionales”, agregó el texto difundido.
Regalitos
Tras el encuentro, el Santo Padre y el jefe de Estado intercambiaron los regalos de rigor: Alberto Fernández le entregó productos orgánicos de miel y de la cocina de jóvenes recuperados de adicciones del Hogar de Cristo, una medalla sobre las Islas Malvinas, una estola de la Basílica de San José de Flores, una estatuilla de San José -réplica de la que está en el edificio eclesiástico porteño-, una estampita de Luján, una colección de “La Divina Comedia” traducida y un libro biográfico de Enrique Santos Discépolo.
Por su parte, el Papa le obsequió un mosaico que representa las figuras del hombre y de la mujer, que responden a la invitación del Señor en el Génesis y cultivan la Tierra, cuidándola, con la leyenda “Que el fruto de la tierra y del trabajo del hombre se convierta para nosotros en alimento de vida eterna”; el Mensaje Mundial de la Paz de 2021, que suele dar a todos los jefes de Estado, y su última encíclica, Fratelli Tutti.
Como cierre, la comitiva argentina se retrató junto al Sumo Pontífice.
El Presidente estuvo acompañado por la primera dama, Fabiola Yáñez; el ministro de Economía, Martín Guzmán; el canciller, Felipe Solá; la embajadora argentina ante El Vaticano, María Fernanda Silva; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; y sus pares de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; de Culto, Guillermo Oliveri; y de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi.