En un reciente giro en el caso de la desaparición de Cecilia Strzyzowski, investigadores descubrieron un perturbador hallazgo en las cercanías de la residencia de la familia Sena, ubicada en las afueras de Resistencia.
Los especialistas del caso informaron que uno de los fragmentos óseos encontrados podría ser humano, desatando un nuevo capítulo en este misterioso caso que ha mantenido en vilo a la comunidad desde el 2 de junio.
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Según fuentes cercanas a la investigación, el Instituto de Medicinas y Ciencias Forenses (IMCiF) del Chaco llevará a cabo en los próximos días pruebas de ADN para confirmar la naturaleza de estos restos y determinar si pertenecen a Cecilia Strzyzowski. El hallazgo inicial reveló un fragmento de costilla de 4,5 centímetros con características morfológicas humanas, aunque los efectos de deterioro atribuibles al fuego complican la identificación definitiva.
El informe forense indica que otros fragmentos óseos recibidos son consistentes con huesos incompletos, pero no es posible confirmar ni descartar si pertenecen a una especie humana o animal. Este descubrimiento arroja luz sobre la brutalidad del crimen, pero la incertidumbre persiste mientras se aguardan los resultados de las pruebas de ADN.
A pesar de no haberse encontrado el cuerpo de Cecilia, la fiscalía y el equipo forense sostienen que la mujer fue asesinada en la casa de sus suegros. Según sus conclusiones, César Sena, esposo de Cecilia, junto con la colaboración de familiares y allegados, habría incinerado el cuerpo en las cercanías del río Tragadero.
Por ese episodio están detenidos César Sena, acusado de homicidio triplemente agravado, sus padres (Emerenciano y Marcela Acuña), como así también José Obregón y su esposa, Fabiana González; el casero de los Sena, Gustavo Melgarejo, y su pareja, Griselda Reinoso.
