Alberto Fernández, quien se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta por la escandalosa denuncia por violencia de género a su ex pareja, Fabiola Yañez, recibió un fuerte revés por parte de los argentinos.
Tras haber alcanzado la más alta aprobación al inicio de su mandato en medio de la pandemia de COVID-19, ahora Fernández ostenta un récord negativo: su imagen tiene un 92% de desaprobación, la cifra más alta registrada para un dirigente en la historia política del país.
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El ex mandatario inició su presidencia con una imagen pública extremadamente positiva. A principios de 2020, cuando el coronavirus llegó a Argentina, su rápida respuesta para decretar la cuarentena obligatoria fue ampliamente respaldada por la sociedad.
La consultora Poliarquía registró en ese momento niveles de aprobación que ningún otro presidente en ejercicio había logrado.
Sin embargo, esta imagen se fue desmoronando a medida que la cuarentena se extendía. Las primeras señales de descontento social surgieron con las marchas anti cuarentena, reflejando el creciente cansancio de la población ante las estrictas restricciones.
Pero el golpe más fuerte a su imagen llegó en agosto de 2021, cuando se viralizó la foto de la fiesta en la Quinta de Olivos, celebrada en julio de 2020 en plena pandemia y en contra de las normativas impuestas por el propio gobierno. La indignación fue masiva, y la imagen de Fernández comenzó a desplomarse de manera irreversible.
El récord que nadie quiere tener
La reciente encuesta publicada por Poliarquía fue lapidaria para el ex mandamás. Con un 92% de imagen negativa y solo un 2% de aprobación, el ex presidente se ha convertido en el dirigente político con la peor percepción pública de la que se tenga registro en Argentina.
Desde la consultora destacaron que este es un caso sin precedentes en la historia política reciente del país, por el fuerte rechazo de la inmensa parte de la población.