Narcokioscos: la droga en Mendoza y el “narcomenudeo”

Entretanto, nadie se hace cargo.

El fenómeno va in crescendo en Mendoza. Puede verse en los partes del Ministerio de Seguridad que llegan a este diario y otros.

Allí queda de manifiesto que los kioscos de droga y el narcomenudeo se han instalado para quedarse.

Por caso, el jueves pasado —28 de enero— detuvieron en Mendoza a seis personas en diferentes operativos que se hicieron en varios departamentos mendocinos. Todos por narcomenudeo.

En lo que va del año 2021 ya se han incautado 3.752 gramos de cocaína y más de 600 kilos de marihuana.

Entonces se corre una nueva cortina en lo que refiere al combate del delito. Porque el narcotráfico plantea una lógica totalmente diferente a la hora de avanzar contra su crecimiento.

No es nuevo. En 2014, la Suprema Corte de Mendoza empezó a discutir qué hacer frente al avance de la droga en la provincia, especialmente en tres segmentos: kioscos, delivery y “trapitos”.

Los dos primeros son tópicos sobre los cuales ya venían alertando algunos referentes locales, a sabiendas de que se trata de la puerta de entrada del narcotráfico.

El último es un poco más complejo y debe analizarse con seriedad y profesionalismo a efectos de no estigmatizar a un sector humilde de la sociedad.

El tráfico de estupefacientes ya no es manejado exclusivamente por grandes grupos, ni se vende en relevantes cantidades. Ahora el foco está puesto en puntuales kioscos y en el delivery —envío a domicilio— de pequeñas cantidades de narcóticos. Lo que se conoce como “narcomenudeo” y que empieza a verse con insistencia en las principales provincias de la Argentina.

“El narcomenudeo está pudriendo la mente de nuestros jóvenes”, dijo a este cronista el exdiputado Daniel Cassia, otrora integrante de la Comisión Bicameral de Seguridad.

-¿Cómo es el narcomenudeo en la provincia?

-Es un negocio que empezaron los padres y dejaron a sus hijos. Terminaron convirtiéndose en bandas. Principalmente en kioscos.

-¿Se sabe dónde están ubicados?

-Sí, algunos están en la zona oeste de Godoy Cruz. Están claramente identificados, están judicializados. ¡Se conocen hasta los apellidos de las familias! Te digo más: hay casos insólitos, donde familias usurpaban viviendas que eran del Estado provincial y allí vendían drogas. El Estado no lograba contener siquiera las viviendas que le eran propias.

-¿Cuántas causas judiciales hay respecto al narcomenudeo?

-Te puedo decir que, del 100% de las causas que investiga la justicia Federal, el 70% son por narcomenudeo.

-Más allá de este fenómeno, ¿ve complicada a la provincia respecto de los grupos que venden drogas?

-Por ahora no hay bandas con la suficiente envergadura, pero sí estamos en la primera etapa. Es como cuando dejás hervir una tetera. Primero la sentís fría, después tibia, y después suena el silbato. Es cuando está a punto de explotar.

-¿Se está a tiempo de hacer algo?

-Sí, pero nadie tiene el coraje de poner lo que hay que poner sobre la mesa. Hay que coordinar, invertir más presupuesto. Ninguno de los últimos gobernadores hizo lo suficiente para combatirlo. No tienen estructura, ni presupuesto. No quieren tenerla tampoco, ni la provincia, ni la nación.

-¿Es responsabilidad de algún gobierno en particular?

-Este problema empezó hace 20 años, es responsabilidad de todos los gobernadores que estuvieron desde entonces, empezando por (Roberto) Iglesias y pasando por (Julio) Cobos y (Celso) Jaque.

-¿No hay también responsabilidad del Estado nacional?

-Claro que sí. Cuando yo era presidente de la Bicameral de Seguridad, un día vino Aníbal Fernández, siendo él ministro del Interior. Junto a Eduardo Bauzá le quisimos plantear el tema del narcotráfico, que empezaba a ser preocupante, y nos respondió secamente: “Ni vos ni el que tenés al lado tienen autorización para entorpecer la gestión de Cobos”, nos dijo. En ese momento, Bauzá y yo le exigíamos a Cobos que le pida a la Nación que traiga a la Gendarmería.

-¿Qué dijo Cobos al respecto?

-Nos dijo que estábamos locos.

 

Palabra de especialista

El narcomenudeo empezó a hacerse visible en momentos en los que el anterior gobierno kirchnerista comenzó a abogar por la despenalización de la tenencia de drogas, una medida que parecía beneficiar más a los narcos que a los adictos, al permitirles mover pequeñas dosis de estupefacientes.

“La despenalización de la tenencia va a hacer que la droga llegue más rápido a los pibes”, dijo entonces a este periodista Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.

-Con la modalidad del delivery, los narcos van a estar felices de que se despenalice la tenencia.

-Totalmente, ahora en lugar de mover grandes cantidades de droga van a llevar pequeñas dosis y, si los paran, dirán que es para consumo personal.

-¿Cómo funcionan los narcokioscos?

-Son negocios donde venden cosas de almacén, cigarrillos… y droga. Son bastante comunes en las ciudades pequeñas, sobre todo en Santa Cruz y Tierra del Fuego.

-Es decir que de afuera se ven como kioscos normales.

-Sí, solo que los atienden en general durante las 24 horas.

-¿Venden todo tipo de drogas?

-No, mayormente marihuana y cocaína, no son demasiado sofisticados.

Quien empieza a observar el fenómeno con preocupación pero a nivel país es Zunilda Niremperger, jueza federal de Sáenz Peña, Resistencia: “Yo considero que hay dos formas en las que nos damos cuenta de que el narcotráfico ha crecido: las grandes cantidades que secuestramos a diario en las rutas y el narcomenudeo, es decir la venta a pequeña escala pero que es regular”.

Para la magistrada, la venta a pequeña escala permitió que la droga se instale “en nuestros pueblos”. Y agregó: “En las comunidades pequeñas desde hace un tiempo ya se habla de droga y de narcotraficantes. La gente comienza a mirar con reserva a determinadas personas que adquirieron bienes que no son consistentes o no son equivalentes con el trabajo que realizan formalmente”.

Al tiempo que las alertas se multiplican por todo el país, en Mendoza aún se sigue discutiendo quién debe hacerse cargo del problema, sin que finalmente nadie tome cartas en el asunto. Todos se miran entre sí y parecen bendecir el célebre monólogo de Tato Bores: “La culpa es del otro”.

El costoso fracaso del narcomenudeo en el Chaco – Proyecto Bohemia –  Revista Digital

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